
FREO se lleva el gato al agua, una vez más. La gestora inmobiliaria ha tomado la delantera y ha comprado al fondo estadounidense Sunrich uno de los edificios más polémicos de Barcelona, el Edificio Estel, por 120 millones, tal y como han confirmado a idealista/news fuentes de la operación. Tras muchos cambios en el proyecto, el inmueble se destinará al 100% a oficinas, en parte, debido a las restricciones en el negocio residencial que ha impuesto Ada Colau en los últimos años.
Sunrich quería levantar un proyecto residencial llave en mano, habiéndoselo vendido a algún inversor por unos 250 millones de euros. El cambio de legislación y la inestabilidad del mercado residencial en Barcelona hicieron que fondos como Lonestar o Henderson Park solo ofrecieran a finales del pasado año hasta 100 millones de euros por uno de los desarrollos más importantes de vivienda de los últimos años, tal y como adelantó idealista/news.
No obstante, desde la compañía aseguran que también se recibieron ofertas superiores y la primera opción que se seguía ofreciendo es la de residencial, ya que cuentan con la licencia.
Finalmente, el proyecto está en trámites para convertir los 40.000 m2 que iban a destinarse a residencial a oficinas, devolviendo al edificio su uso original. FREO, que será quién lleva a cabo este proyecto y no ha querido hacer declaraciones al respecto, se ha adelantado a otros fondos como Starwood, que también pujó por el activo.
La zona está despertando cada vez más el interés de empresas internacionales y nacionales por su buena conexión y por encontrarse a escasos minutos de la estación de trenes Estación Barcelona-Sants, donde llega el AVE.
Gidwani, que emprendió este proyecto con un socio (Harry Mohinani pero que ahora es propietario al 100% del edificio) quería rehabilitar este edificio y convertirlo en “el mejor edificio de viviendas de toda Barcelona”. Sus planes eran 300 viviendas de lujo en plena Avenida Roma de Barcelona con comodidades como piscinas o un campo de golf en la azotea.
“Todo esto se ha frenado porque Barcelona se ha convertido en un mercado inestable para el inversor en residencial a causa de las restricciones de Ada Colau”, explican las mismas fuentes. En este caso, entre ellas no está tener que destinar entre el 30% y el 40% de la vivienda de nueva creación a VPO, si bien la inestabilidad del marco legal en cuanto a residencial en la ciudad frena a los inversores.
El edificio de 72.000 m2 tiene 41.000 m2 sobre rasante y el resto está soterrado, lo que permite construir un aparcamiento de grandes dimensiones. En estos años de obras la actuación se ha limitado a derruir las estructuras antiguas de oficinas y reforzarlas para poder acoger el proyecto residencial que estaba diseñado, si bien ahora se dará marcha atrás.
Hasta los despachos de Sunrich se han acercado todo tipo de fondos. Entre ellos estuvieron Henderson Park, Lonestar o fondos españoles con JV20, del empresario inmobiliario Juan Velayos, o Stoneweg, que es propietario de uno de los nuevos proyectos de vivienda de lujo más emblemáticos de Madrid.
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