
La firma de arquitectura con sede en Oslo, Spacegroup desarrolló un proyecto, en el contexto de la pandemia del covid-19, que ha supuesto la construcción de una serie de cabañas sostenible llamadas Movikheien Cabins a lo largo de la costa de Noruega, en concreto en las inmediaciones del fiordo Hagefjorden.
En total, se han levantado 16 estructuras de retiro de madera que se construyen con una intervención mínima en el terreno natural. Estas estructuras sostenibles están situadas sobre una base sobre pilotes para minimizar la perturbación del terreno en el que se levantan. Por sus características, la construcción de estas estructuras no requirió maquinaria pesada.

La aplicación de los principios de sostenibilidad ha sido algo prioritario. De hecho, se ha tratado de evitar seguir patrones de construcción que pueden poner en riesgo la exuberante belleza natural del lugar y todo su ecosistema. Al contrario, las cabinas Movikheien aportan una solución de diseño sostenible con unidades pequeñas y minimalistas, respetuosas con el medio ambiente y socialmente inclusivas.

Los interiores de la cabina son bastante modernos y tienen acabados en madera. El balcón conecta el espacio interior y exterior, es decir, con la naturaleza. Todas las cabañas están diseñadas de manera que tienen 2 plantas, planta baja y primer piso, conectadas verticalmente por una escalera de madera que corre desde el interior. La planta baja consta de un espacio lineal común que tiene cocina, sala y comedor, que se une con el balcón largo que permite disfrutar de hermosas vistas al exterior. Un dormitorio y un baño están presentes en el otro lado, de modo que las áreas comunes y privadas quedan separados por un pasillo. Al tomar un tramo de escaleras, en el primer piso, hay un espacio totalmente privado de dormitorio y baño junto con una gran cabaña semiabierta.
El techo está hecho puramente de varillas de acero y marco de madera, sobre el cual descansan enredaderas de plantas, sobre el balcón, asentándose con el fondo del sitio. Toda la estructura parece fusionarse y casi mimetizarse con las particularidades del entorno. Las cabañas se levantan sobre pilotes y cada una de las unidades se debe solo a sus huellas proyectadas en el terreno.

Un principio importante que se siguió durante la fase de planificación fue que no se facilitara un acceso habitual para automóviles, ya que la creación de caminos aptos para ello suele requerir una gran intervención en el terreno. Algo que se ha querido evitar a toda costa en un sitio tan denso y particularmente accidentado. Por eso, para facilitar el acceso a las cabañas sin necesidad de utilizar vehículos a motor, se proyectaron unos caminos que configuran una ruta de senderismo de muy baja exigencia.

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