La investigación y el desarrollo de la impresión en 3D está alcanzando unos niveles de gran perfección y realismo para la elaboración de, prácticamente, cualquier objeto cotidiano. Lo primero que nos viene a la cabeza son juguetes, pero la realidad es que la impresión 3D se emplea en muchos sectores, incluidos la automoción o la vivienda. Si a ello se le suma la sostenibilidad y el reciclaje, encontramos una combinación perfecta en la empresa Azure Printed Homes, la cual se dedica a realizar casas modulares impresas en 3D realizadas con botellas de plástico usadas.
Ingeniería y reciclaje
Azure Printed Homes, con sede en Los Ángeles, ha conseguido crear una serie de viviendas modulares de 61 metros cuadrados por módulo, impresas en 3D, en las que cada módulo se imprime en tan solo 24 horas. Estas viviendas aúnan la experiencia en la construcción y la ingeniería de uno de sus fundadores con sus valores medioambientales, los cuales se observan en la reutilización de residuos plásticos, como botellas usadas, para la construcción de las casas.
Desde Azure, explican que “nuestro innovador proceso gira en torno a la utilización de materiales de desecho como principal fuente de suministro, lo que da como resultado un sistema que no genera residuos. Poder crear algo bello y único a partir de una línea de suministro de residuos es algo de lo que estamos enormemente orgullosos”.
Otro de los aspectos más interesantes de estas innovadoras y sostenibles viviendas es la instalación en lugares de difícil acceso. Este fue el caso de la entrega e instalación en Big Sur, un lugar remoto cerca de la costa, donde se superaron los obstáculos del aislamiento y se instaló la casa en un plazo de 48 horas. Este módulo fue creado para un complejo vacacional de glamping, a cuyo propietario le asombró el concepto circular de las viviendas creadas por Azure.
Big Sur fue un ejemplo a seguir, pero como exponen desde la compañía, el plazo de entrega suele diferir según el tipo de prefabricados. Plazos que componen todo el proceso, desde el pedido, el diseño y la producción hasta la instalación in situ. Así, por ejemplo, los estudios suelen tener unos plazos de entre 2 y 4 semanas, las unidades sobre ruedas entre 4 y 6 semanas, y las viviendas entre 4 y 8 semanas.
Módulos adaptables
Más allá de la sostenibilidad en el empleo de materiales reciclados o reutilizados, los diseños de las estas casas ofrecen variables flexibles para que se puedan incluir paneles solares y baterías en las que poder vivir sin conexión a la red eléctrica. De hecho, la variante modular básica N-100, de a penas 30 metros cuadrados, cuenta con acabados interiores y exteriores, iluminación y electricidad. Ello demuestra que estas viviendas impresas en 3D pueden ser respetuosas con el medio ambiente y agradables estéticamente. Además de ser asequibles para todo tipo de clientes, pues este modelo básico N-100 se puede adquirir por 19.900 dólares.
Asimismo, el cliente puede personalizar en cierta medida su propia vivienda, siguiendo los prototipos de la compañía. Esta dispone de tres modelos diferentes disponibles en diversos tamaños y distribuciones interiores. Para cada una de estas opciones, se encuentran “familias” de acabados, “que nuestro equipo de diseño interno ha elegido para satisfacer los diferentes gustos y estilos de nuestros clientes”, explican en Azure.
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