
Esta casa minimalista ubicada en Hécourt, Francia, está diseñada por Studio Guma. Con sus 240 m2, el diseño se centra en crear un espacio donde la modernidad y el encanto rural coexistan, garantizando una atmósfera de tranquilidad y privacidad. La propiedad consta de una granja larga y dos edificaciones más pequeñas, todas las cuales reflejan el patrimonio rural de la zona. “Queríamos proponer un proyecto arquitectónico que pudiera convertirse en un santuario familiar, un refugio para reconectarse con la naturaleza y la tranquilidad, un lugar para reunirse con familiares o amigos, dejando espacio para la calma y la privacidad”, señalan desde el estudio.
Caracterizadas por techos rojos de tejas planas, canalones de zinc y dinteles de madera, estas edificaciones se integran en el paisaje suavemente inclinado, rodeadas de una variedad de árboles y un exuberante césped. La renovación se centró en la preservación y revitalización de los materiales originales y características espaciales de las estructuras.

“La elección de los materiales recayó en el hormigón, el acero y el aluminio lacado. Sus texturas ofrecen ligeros contrastes con la mineralidad del edificio original mientras que su color busca mimetizarse con la paleta cromática existente. Esto nos permite introducir una cierta modernidad sin distorsionar el patrimonio del edificio, preservando así su carácter auténtico y bucólico”, afirman.
Un nuevo diseño adaptado a la topografía
El diseño, determinado por elementos existentes, integra de manera fluida áreas comunes y privadas, cada una situada en diferentes niveles para adaptarse a la topografía del lugar. Las habitaciones, ubicadas en el terreno inferior, conservan sus paredes originales, vigas y chimeneas, ofreciendo vistas al jardín y preservando la privacidad mediante ventanas verticales tradicionales.

El proyecto de la propiedad divide las áreas comunes en dos secciones principales. El espacio de cocina-comedor, ubicado en lo que antes era un cobertizo para carretas, ahora forma el corazón de la casa. Esta área, con sus techos altos, se abre a una terraza de piedra y un jardín, fusionando eficazmente los espacios interiores y exteriores. Esta transformación permite una adaptabilidad estacional, donde el área se funde con el exterior en verano y se convierte en un espacio soleado y acogedor en invierno.
Un espacio más cálido e íntimo
“El salón ha sido diseñado de una forma más íntima”, tal y como explican. Originalmente, este espacio albergaba un establo con un carácter más opaco, compuesto por dos niveles distintos: la planta baja destinada al ganado y la planta superior utilizada para almacenar el heno. Con el proceso de renovación, una parte significativa de la planta superior fue demolida, mientras que la otra mitad se conservó para crear un entrepiso adicional. La reconfiguración del espacio ha dado lugar a un ambiente interior más cálido y acogedor.

Para lograr este clima, se ha instalado una chimenea central que sirve como punto focal en la planta baja, proporcionando calidez y añadiendo un toque de confort al entorno. Los grandes ventanales que enmarcan el paisaje exterior permiten la entrada de luz natural, creando un ambiente luminoso y dinámico que cambia a lo largo del día. En consecuencia, el entrepiso recién creado ofrece un espacio adicional para actividades tranquilas y contemplativas.


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