
Darse el 'sí quiero' y convertirse oficialmente en una pareja casada es una opción cada vez menos popular entre los españoles: la pareja de hecho o, sencillamente, la unión sin forma legal, son alternativas por las que optan muchas personas a la hora de formar una familia, en parte debido a la mayor flexibilidad que se asocia a estas opciones.
Sin embargo, lo cierto es que el matrimonio presenta algunas ventajas que resulta interesante conocer para tomar una decisión formada: toma nota de cuáles son los beneficios de casarse en España.
- ¿Qué implica estar casados legalmente?
- La tributación, uno de los beneficios de casarse
- Las herencias como ventaja del matrimonio
- La pensión de viudedad por estar casado legalmente
- Compartir bienes mediante el régimen de gananciales
- Protección económica en caso de divorcio
- Derecho a ventajas fiscales, descuentos y ayudas
- Derecho a atención sanitaria como beneficiario en la Seguridad Social
- Permiso laboral retribuido por matrimonio
- Las ventajas de casarse si tienes un hijo
¿Qué implica estar casados legalmente?
Desde el punto de vista legal, estar casado es un concepto asociado al estado civil de la persona que contrae matrimonio con otra. Para estar casado en España es necesario que se cumplan ciertos requisitos y formalidades legales. Por ejemplo, que la boda la celebre una persona autorizada, como un notario o un juez, o que ambos miembros de la pareja sean mayores de edad (o emancipados legalmente). También es necesaria la inscripción del matrimonio en el Registro Civil para el pleno reconocimiento de los derechos que implica.
El estado civil de casado comienza a desplegar sus efectos desde la fecha en que se contrae matrimonio hasta que se rompa el vínculo matrimonial, bien debido a un divorcio, bien debido al fallecimiento de uno de los cónyuges o a la declaración de nulidad de la unión.
La tributación, uno de los beneficios de casarse
Uno de los principales beneficios de estar casado es la posibilidad de realizar una tributación conjunta del IRPF. Esto significa que los ingresos de ambos miembros de la pareja se presentarán en un único documento, lo que conlleva como principal ventaja poder aplicar una reducción por tributación conjunta de 3.400 euros para unidades familiares compuestas por ambos cónyuges e hijos, que se restará de la base imponible.
En general, este tipo de tributación merece la pena cuando uno de los miembros de la pareja sea quien genera la mayor parte de los ingresos. Si la entrada de dinero de ambos es muy similar, la declaración conjunta dejará de resultar ventajosa, ya que la suma de ambos ingresos hará que se alcancen tramos superiores del IRPF.
Antes de elegir una opción u otra, ten en cuenta que, al presentar tu declaración por internet con el programa Renta WEB, si consignas los datos correspondientes a todos los miembros de tu unidad familiar, el programa te calculará la declaración más favorable.
Las herencias como ventaja del matrimonio
Otra de las ventajas de casarse es la posibilidad de heredar de forma directa, sin necesidad de que cada cónyuge elabore un testamento en el que se proteja a su pareja en caso de fallecimiento. Un claro ejemplo es el llamado usufructo viudal, al que tiene derecho de forma automática el cónyuge superviviente en la mayoría de las comunidades autónomas españolas.
En general, allá donde existen normativas civiles específicas, se aplican también distintos grados de protección al cónyuge como heredero. Esta es una de las grandes diferencias entre el matrimonio y la pareja de hecho: en la mayoría de comunidades autónomas (con excepciones como Baleares, Cataluña, Navarra o País Vasco), la pareja no tiene derecho a heredar salvo que así se estipule específicamente en un testamento. En cualquier caso, para dejar al cónyuge o pareja más del mínimo que prevé la Ley (la llamada 'legítima'), será necesario otorgar un testamento que así lo disponga.
Además, en muchas autonomías existen ventajas fiscales para el cónyuge superviviente a la hora de abonar el impuesto sobre sucesiones y donaciones.
La pensión de viudedad por estar casado legalmente
Uno de los beneficios de estar casados es el derecho a percibir una pensión de viudedad, a la que podrá optar el cónyuge superviviente sin necesidad de argumentar nada en caso de existir un vínculo de matrimonio.
Para las parejas de hecho es necesario, en general, demostrar un número determinado de años de convivencia antes del hecho causante, es decir, del fallecimiento de la pareja, entre otros requisitos que pueden complicar la percepción de esta prestación.
Compartir bienes mediante el régimen de gananciales
Aunque cada vez más parejas optan por la separación de bienes, el matrimonio supone la aplicación por defecto y salvo pacto en contrario del régimen de gananciales. Esto implica la creación de una economía común, de forma que todos los bienes generados durante el matrimonio (con excepciones como las herencias) pasarán a formar parte de la llamada sociedad de gananciales.
Esta forma de instrumentar la economía familiar resulta especialmente ventajosa en aquellos casos en los que una de las partes de la pareja no trabaja o lo hace de forma reducida: en caso de divorcio o de fallecimiento del cónyuge, el 50% de la sociedad ganancial será propiedad del otro cónyuge, de forma que su aportación en forma de trabajo doméstico valdrá lo mismo que la de su pareja.

Protección económica en caso de divorcio
Las parejas casadas disfrutan de ciertas herramientas legales de protección económica en caso de divorcio o separación de las que no gozan el resto de parejas, salvo que así lo pacten expresamente ante notario.
Una de ellas es la llamada compensación económica por razón del trabajo, a la que tienen derecho las parejas casadas en régimen de separación de bienes cuando uno de ellos se dedica en exclusiva al cuidado de la familia. Así, si se produjera una eventual ruptura, el otro miembro de la pareja deberá compensar económicamente al otro por todos aquellos años dedicados al cuidado del hogar.
Otra herramienta muy utilizada es la pensión compensatoria, que puede concederse a la parte de la pareja que haya visto empeorada su situación económica con respecto a la que disfrutaba antes del matrimonio. Esta pensión es compatible con la compensación económica por razón del trabajo, ya que trata de compensar hechos o situaciones distintas.
Derecho a ventajas fiscales, descuentos y ayudas
Muchas de las ventajas fiscales, descuentos y ayudas diseñadas por las distintas administraciones públicas van vinculadas a la existencia de un núcleo familiar estable, algo que todavía resulta mucho más fácil de probar en caso de que exista un vínculo de matrimonio.
Derecho a atención sanitaria como beneficiario en la Seguridad Social
El simple hecho de estar casado implica que, aunque una persona no trabaje, tenga derecho a atención sanitaria como beneficiario a raíz del desempeño laboral de su pareja. En realidad, la propia Seguridad Social asegura que basta con "ser cónyuge de la persona asegurada o convivir con ella en una relación análoga a la conyugal, constituyendo una pareja de hecho", si bien la prueba de la existencia de pareja de hecho puede resultar más o menos complicada en función de cada comunidad autónoma.
También el excónyuge o separado judicialmente podrá seguir siendo beneficiario de la Seguridad Social mientras tenga derecho a percibir una pensión compensatoria por parte de la persona asegurada.
Permiso laboral retribuido por matrimonio
Casarte te permite disfrutar de 15 días naturales de permiso retribuido, aunque cada vez más empresas y convenios colectivos reconocen el mismo derecho a las parejas de hecho. Además, existen otros permisos relacionados con el cuidado y atención a familiares de distinto grado, incluyendo siempre al cónyuge.
Las ventajas de casarse si tienes un hijo
Existen muy pocas diferencias entre tener un hijo estando casados con respecto a tenerlo de cualquier otra manera, y ello se debe a que los derechos de los niños desde el punto de vista legal son idénticos en todos los casos.
Eso sí, en caso de no reconocimiento de hijo por parte del padre, cuando exista matrimonio se presumirá que el marido es el padre del hijo (aunque el hombre podrá iniciar un procedimiento de impugnación de paternidad para demostrar lo contrario), mientras que cuando no exista matrimonio, esta presunción no entrará en juego y será la madre la que deba actuar judicialmente para demostrar dicha paternidad.
Por lo demás, los deberes de cuidado y sustento hacia los hijos son siempre los mismos y, en caso de divorcio o ruptura en general, los efectos también serán idénticos, ya que en todo caso habrá que confeccionar un convenio regulador en el que se definan áreas como el ejercicio de la guarda y custodia, una posible pensión de alimentos, reparto de las vacaciones... El contenido mínimo de este convenio será igual en ambos casos y la complejidad del proceso no dependerá del tipo de unión (o ausencia de ella), sino de la voluntad de las partes de llegar a un acuerdo.
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