Comentarios: 0

Cuenta una canción tradicional inglesa que un buen día Robin Hood se topó con unos piratas franceses que acababan de saquear un pequeño pueblo de la costa británica. Los derrotó y devolvió todo el botín a sus pobres habitantes, que en su honor decidieron cambiar el nombre de la localidad. Pasó de ser Bay Town a Bahía de Robin Hood (Robin Hood’s Bay, en inglés).

Aunque esta historia no es más que una cantinela y, es más, los historiadores creen que el personaje histórico en el que se basa la leyenda de Robin Hood jamás estuvo por esas tierras –ni cerca–, lo cierto es que Bahía de Robin Hood es un precioso pueblecito pescador de estrechas calles empedradas que tiene un increíble encanto que va más allá de su nombre, además de una riquísima historia.

El primer asentamiento data del año 1.000 y fue creado por vikingos noruegos y daneses. Después caería en manos normandas. Durante los siglos siguientes fue uno de los puertos más animados de la zona y uno de los grandes focos de contrabando de té, ginebra, ron, brandy y tabaco. Se dice que bajo sus calles existe una red de pasadizos que unen unas casas con otras.

La principal actividad legal de Bahía de Robin Hood siempre fue la pesca, pero empezó un progresivo declive desde finales del siglo XIX. Hoy el pueblo vive prácticamente de los ingresos que dejan los miles de turistas que visitan sus empedradas calles.

Ver comentarios (0) / Comentar

Para poder comentar debes Acceder con tu cuenta