Se la conoce en el mundo inmobiliario por ser una de las mujeres directivas con más personalidad y por ensalzar la ciudad de Barcelona. Pero en redes sociales casi es más conocida por su amor al arte. Anna Gener es la consejera delegada de la oficina de Barcelona de Savills y también es madre. En una entrevista más personal a idealista/news confiesa que un puesto de directivo no permite casi conciliar y que “decir lo contrario sería un engaño”.
Conoce al dedillo su ciudad natal, cierra operaciones inmobiliarias en un mundo aún muy masculino y le gusta liderar equipos con el ejemplo. Anna Gener admira a Concha Osácar, socio fundadora de Grupo Azora, por ser la primera mujer que ella recuerda que aparecía en todos los eventos inmobiliarios llenos de trajes y corbatas ejerciendo poder en un ámbito de decisión.
Gener nos abre las puertas no sólo de su saber inmobiliario, sino de su parte más personal.
2022 es un ejercicio en el que se presentan muchos retos para el inmobiliario. ¿Cómo afronta este curso?
Ilusionados y con muchas ganas, porque a pesar de que aún estamos lejos de superar la pandemia, sentimos que el mundo sigue funcionando. Ahora mismo tenemos la incertidumbre que viene de Ucrania, pero, aun así, en el inmobiliario estamos viendo que llevamos una dinámica de muchísimo trabajo, de que todos los segmentos están encontrando tanto un buen ritmo en el usuario de ese espacio como del inversor. Y que el segmento que más ha tardado en recuperarse del golpe que supuso el confinamiento y la gestión de la pandemia, que fue el mundo del ‘retail’, también ahora está empezando a despertar de nuevo interés.
Los profesionales del sector inmobiliario tenéis una de las funciones más difíciles, que es la de anticiparos a los acontecimientos. ¿Qué hitos extraordinarios veremos este ejercicio en el sector?
Este año, como asesores, lo que nos toca es hacer un asesoramiento muy responsable. Estamos viviendo una situación en la que hay muchísima liquidez en el mundo, los tipos de interés todavía están muy bajos y el inmobiliario está recabando muchísimo dinero, pero también mucha presión por invertir. El reto este año, puesto que lo que se está anunciando ya es una subida de tipos, no es ni muchísimo menos enfriar las decisiones, pero si hacer un análisis inmobiliario muy profundo y que cada operación que se cierre no signifique romper las barreras de presión de ‘yield’ a la baja, como está sucediendo en logística actualmente. Creo que es un año en el que nos tenemos que preparar para una etapa en la que no habrá tanto dinero disponible para invertir. Hay que analizar, cabeza fría y tomar buenas decisiones.
Se habla mucho de centros de datos, trasteros, almacenes urbanos…, ¿veremos alguna nueva tipología de activos que interesen al inmobiliario en 2022?
Veníamos de unos años muy estáticos y ahora hay una gran creatividad para generar nuevos productos inmobiliarios, que muchas veces están a caballo entre dos usos. También se están detectando nuevas necesidades que son fruto, por un lado, de la revolución tecnológica, que se está atendiendo con los centros de datos, y cambios de hábitos en el comportamiento del usuario a la hora de comprar. Esto último implica logística, fuera de los núcleos urbanos, y centros de logística más pequeños dentro de las ciudades.
Veníamos de unos años muy estáticos y ahora hay una gran creatividad en el inmobiliario
Mi previsión es que seguirán apareciendo otros productos, como activos a medio camino entre el hotel y el residencial; y también entre oficinas y trabajo. Yo creo que ahora estamos viviendo un momento inmobiliario muy rico y creativo, y hay que aprovecharlo. El reto será como confrontamos esto con un urbanismo, que por definición es rígido, porque es normativo, y que de entrada lleva mal la innovación.
Savills Aguirre Newman ya ha culminado sobradamente su fusión. ¿Cómo experimentó esta operación corporativa como directiva?
Es una pregunta difícil de responder para mí, porque yo estaba muy a gusto en la estructura de Aguirre Newman. Cuando Savills nos compró, tuve una sensación ambivalente. Por un lado, de pérdida de una empresa, con una personalidad muy determinada y en la que yo había podido crecer profesionalmente en un espacio de libertad muy enriquecedor. Pero a la vez también me parecía sumamente atractivo ser algo que hasta la fecha no habíamos sido y nuestros competidores directos sí, que es pertenecer a una estructura internacional, con toda la potencia que esto supone. La realidad es que cuatro años más tarde, tras un periodo de ajuste que es inevitable, ya que puede haber reticencias y hay que hacer un sobresfuerzo de adaptarte a cosas nuevas, la realidad es que creo que hemos sabido hacer una empresa que tiene lo mejor de los dos mundos.
Cuál fue el reto más difícil al que se enfrentó en la fusión?
A nivel personal, desconocer cuál sería la aportación de valor que yo haría en este nuevo escenario. Estaba muy tranquila por mi equipo, pero en mi fuero interno yo pensaba en esta nueva estructura y en cuál iba a ser mi aportación. La realidad es que hubo un encaje bastante natural y los accionistas han sido sumamente respetuosos con nuestra manera de trabajar. No siento que haya tenido que modificar nada de mi forma de trabajar, pero es cierto que el desconocimiento hace que te plantees este tipo de cuestiones.
Usted lidera equipos. ¿Cómo es liderar a personas?
Es una tarea que afronto con mucha responsabilidad, principalmente por el aprecio personal que tengo a todos mis colaboradores directos, que son todos los directores de Barcelona en todas sus disciplinas inmobiliarias. La verdad es que procuro liderar con el ejemplo en el tipo de cultura y en maneras de hacer. Dicho esto, tengo un equipo con el que aprendo muchísimo y creo que hemos generado una interacción y un flujo de aportación muy rico, en el que todos nos sentimos con ganas de hacer aportaciones de valor al colectivo. Y sentimos orgullo de formar parte del grupo.
El inmobiliario ha sido un mundo de hombres durante muchos años. ¿Ha cambiado?
Sí, ha cambiado. Yo recuerdo 20 años atrás, en el Barcelona Meeting Point (feria de referencia del sector inmobiliario en Cataluña), ser la única mujer en una sala de 150 personas. Esa fotografía, en la actualidad, hasta daña los ojos, ya que hoy no es así. Hay muchísimas más mujeres. Y es una alegría, tanto para las que ya estábamos, que nos sentimos más acompañadas, como para las que llegan nuevas. Pero todavía nos queda mucho camino por recorrer, y en concreto me refiero a los ámbitos de decisión. Cuando las empresas dan estadísticas de plantilla seccionadas por hombre y mujer siempre pregunto lo mismo: ¿cuántas de ellas tienen un poder de decisión? Ese porcentaje es el que debe aumentar. Ese es el porcentaje que a mí me interesa. Tenemos que disfrutar lo conseguido, pero no podemos relajarnos.
La mujeres tenemos que disfrutar lo conseguido, pero no podemos relajarnos.
Lleva muchos años en el sector… ¿alguna vez ha sentido que le hacían de menos por ser mujer?
No es una cuestión exclusiva del sector inmobiliario, ni siquiera del mundo económico y empresarial, sino de todos los sectores. Incluso en algunos que a priori esperarías más apertura de miras. Las mujeres seguimos soportando algunas situaciones que no tocan. Yo cuando entro en una sala y tengo que negociar una operación, unos honorarios, lo que sea, me olvido de mi género y de mi aspecto. Me concentro en mi trabajo. Y ese debe ser el foco, ya que la otra parte entiende que así debe ser.
¿Alguna vez pensó que estaría ocupando el puesto que ocupa?
Yo siempre he tenido la pulsión de involucrarme y meterme hasta al fondo. Y esto te lleva muchas veces a que te propongan asumir responsabilidades. Pero también te diré que lo he manejado de una manera muy natural, y debo agradecer a los que me dieron la oportunidad de liderar la oficina, algo que llevo haciendo muchos años y de lo que sigo aprendiendo y evolucionando. Eso es lo que yo quiero trasladar a mujeres jóvenes que, aun no sintiendo esta naturalidad, quieren en un momento dado optar a cargos directivos. Yo estoy para decirles que las estamos esperando y que el mundo económico y empresarial las necesita.
Usted ha pasado de trabajar para otros a que otros trabajen para usted. Dígame algunas lecciones que haya aprendido a lo largo de su carrera y que la hayan marcado para siempre
Disfrutar del camino, de lo que estés haciendo. Los que tenemos tendencia a focalizarnos en objetivos, a obtener resultados, lo hacemos tanto que no descansamos hasta cerrar una operación, fichar talento para nuestro equipo, etc… y es un error. Realmente lo enriquecedor es todo lo que aprendes y todo lo que te nutre de ese camino. Y luego, si el resultado es el que esperabas fantástico, pero, sino que también haya valido la pena ese trayecto.
Juguemos al “Y si…”. Y si no fuera la consejera delegada de la delegación de Barcelona de Savills Aguirre Newman, ¿qué sería?
A mí me encanta el arte y la arquitectura. Yo soy una arquitecta frustrada. Me habría encantado estudiar arquitectura, pero hice Ciencias Empresariales, no sé por qué (ríe). El arte lo he descubierto más tarde, pero también me apasiona. De hecho, no tengo apenas tiempo, pero siempre intento sacar un espacio en mi día para ir aprendiendo, disfrutándolo e ir integrándolo en mi vida, porque la verdad es que me hace muy feliz.
París. Para mí es la ciudad total. Me siento súper cómoda, me enamora y la entiendo muy bien. Además, tiene una belleza rotunda. Es un disfrute total.
Estamos en pleno 2022, con una pandemia mundial y una guerra en marcha… y si no viviera esta época, ¿cuál le habría gustado vivir?
Lo tengo clarísimo: finales del S. XIX, principios del S. XX. En ese periodo histórico se produce, tanto a nivel económico-empresarial como a movimientos sociales, arte, arquitectura… fue una eclosión de talento en diferentes ámbitos y que se podría comparar incluso con el Renacimiento. Y ahora hablamos tanto del talento que parece que sea algo nuevo, pero no. Eso ya pasó en esta época. Debió de ser apasionante, por el tipo de gente que confluyo y por ser excelentes en sus profesiones. Y rodearte de tanto talento debía hacerte excelente por contagio, por la vibración que tenían a su alrededor.
Es madre. Dígame una lección que le haya enseñado su hijo que haya podido aplicar a su liderazgo en una gran empresa.
Mi hijo es una persona que, curiosamente, tiene un sentido del humor muy adulto, y que, a diferencia de los adultos, lo usa constantemente. El llevar el juego a todo lo que hace me parece una manera muy fresca de ver la vida. Si fuéramos más niños, viviríamos mucho más relajados, menos tensionados y tendríamos mejores relaciones con las personas que nos rodean.
Si fuéramos más niños, viviríamos mucho más relajados, menos tensionados y tendríamos mejores relaciones
¿Y qué lección le enseñará usted si el día de mañana debe asumir un puesto directivo?
Me gustaría trasladarle que debe tener compromiso por lo que haga y respeto por lo diferente y la diversidad. Aunque es algo que ya tiene muy claro desde que era muy pequeño. Y esta manera en la que él abraza lo diferente me parece una lección, en este caso bidireccional, maravillosa.
Dígame una directiva que le inspire y por qué.
Concha Osácar. Es la primera mujer, que yo recuerde, de todas estas fotografías de traje y corbata que vimos ejerciendo poder en un ámbito de decisión. Además, lo hizo de una manera muy femenina, generando consenso, empatizando, siendo cercana, con toda una serie de atribuciones que son muy inspiradoras tanto para las mujeres del sector como para los hombres.
Volviendo al sector inmobiliario. ¿Tuvo miedo en 2020 ante la amenaza de un virus que parecía que podía acabar con el mundo tal y como lo conocíamos?
Miedo, sensación de pérdida de control, a nivel psicológico tener que hacer frente a muchísimas cosas… Dicho esto, me considero afortunada de la manera en que, como colectivo profesional, supimos hacerle frente. Algo que no hemos contado mucho es que en Savills Aguirre Newman tomamos la decisión de, la cúpula directiva, rebajarnos nuestro salario voluntariamente a cambio de no despedir a nadie. El acuerdo al que llegamos también contemplaba recuperar parte del salario sacrificado si, a final del ejercicio, la situación remontaba. Pero teníamos visibilidad cero. La vacuna se veía una quimera. Estábamos en casa encerrados. Pero era un dinero que perdías con conciencia y por el equipo, porque yo sé lo que cuesta cohesionar un equipo, formarle, etc. Y no es algo que cuente para presumir, sino porque creo que es una buena práctica empresarial y que le puede servir a otras personas y que, a menudo, cuando el mundo directivo se ve en una situación complicada, nunca piensa en poner su propia piel, sino la piel de los demás. Y no debe ser así.
¿Qué lección vital aprendió y que hoy en día aplica?
Lo que más aprendí es lo mucho que necesitaba el día a día con la gente que trabajo. Y que una pantalla no sustituye ese café, esa confidencia, esa espontaneidad, esa magia de lo inesperado… eso que nos hace sentir bien como personas, porque no somos máquinas. Podemos ser muy eficientes y profesionales, pero también necesitamos respirar un determinado estado de espíritu, y eso no lo genera una pantalla.
El inmobiliario es un sector que no descansa. ¿Cree que un puesto directivo puede combinarse con la conciliación?
Un puesto directivo no permite conciliar, y decir lo contrario sería engañar. Y yo creo, justamente, que tenemos que cambiar la estructura de los ámbitos de decisión para que permitan conciliar, pero no solo a la mujer. Al hombre y a la mujer. No solo quiere conciliar la mujer, y es algo que a menudo se olvida. Y no solo a la gente con hijos: las personas también tienen parejas, aficiones, prácticas deportivas… Lo que deberíamos aprender de la pandemia es a trabajar mejor, más eficientemente y a tener una vida más completa. Es que, si el mundo corporativo no aprende de todo esto, le va a costar mucho captar talento. El talento hoy en día no quiere trabajar 14 horas al día encerrado en un cubículo. Si nosotros queremos tener el mejor talento, tendremos que cambiar nuestra manera de trabajar. Y una vez nos atrevamos a hacerlo, nos irá mucho mejor, estoy convencida.
Lo que deberíamos aprender de la pandemia es a trabajar mejor
¿Dónde se ve en 20 años?
Me gustaría verme en una situación de seguir aprendiendo. Me gustaría seguir aprendiendo hasta el día que me muera. Pero también disfrutando de todo lo aprendido. Y tratar de ver a quién le sirve. Y hablo de conocimientos inmobiliarios, de reflexiones sobre la ciudad, las aficiones… tratar de ver cómo puedo aportar valor, sobre todo enfocada a la gente más joven.
Barcelona, como ya hemos dicho, es su ciudad. ¿Cómo la ve ahora mismo desde un punto de vista objetivo?
Barcelona es una ciudad a la que le siguen pasando cosas extraordinariamente positivas. Solo hay que ver el volumen de inversión que ha recabado en oficinas, por ejemplo, que es un segmento que todavía está un poco en duda por cómo trabajaremos en un futuro. Eso es señal de confianza en nuestro tejido empresarial y económico. Dicho esto, probablemente le podría ir mucho mejor, aunque creo que los barceloneses, que nos encanta nuestra ciudad y nos sentimos responsables de ella, ahora estamos en una situación con la autoestima demasiado baja para lo que es la realidad de la ciudad. Y creo que no nos favorece. Deberíamos recuperar orgullo de ciudad y enfocarnos en lo positivo. Al final, la economía es un estado de espíritu, y si tú de algún modo no le ves futuro a un determinado ámbito se quedará, obviamente, sin futuro. Y a la inversa. Nosotros hemos tenido momentos relativamente recientes de una energía colectiva muy poderosa que ha hecho que la ciudad eclosione en positivo. Y son dinámicas que se deberían de recuperar.
Está siendo claramente una etapa muy polémica para la ciudad debido a la gestión de su Ayuntamiento. Dígame una cosa que cree que haya sumado a la ciudad y otra que cree que haya restado
En términos generales, yo creo que ha resultado acertado y positivo retirar el coche del centro de la ciudad. Conceptualmente, es algo en lo que no hay vuelta atrás y el reto debería ser ciudades con emisión cero. Un reto muy quimérico hoy en día pero que debemos estar en el camino. La contrapartida es que la movilidad en Barcelona no está bien resuelta. En muchas ocasiones estás obligado a usar coche. Yo creo que conceptualmente el trazo es el correcto pero la gestión y el detalle, que es lo que infiere en la calidad de vida de la gente, es lo que creo que tiene margen de mejora.
Es inevitable, conociendo su trayectoria y dedicación a la ciudad, no hacerle esta pregunta. ¿Entraría alguna vez en política abanderando su ciudad?
No, y te diré que me cuestiono muchas veces por qué todo el mundo me lo pregunta tan a menudo. Yo supongo que es por mi implicación con la ciudad. Honestamente yo creo que todos tenemos que saber cuál es nuestro papel, que mi aportación debe ser no ideologizada y en el ámbito estrictamente técnico, que es el ámbito de conocimiento que yo domino. Y esa es mi aportación. Y no dejaré de hacerla, porque además de importante para mi trabajo lo es para mí como persona, porque creo que impactará en positivo en la ciudad. A la política le tengo mucho respeto, quien está ahí le deseo lo mejor, sea del partido que sea, pero no es para mí.
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