Luis Martín Cabiedes nos cuenta qué tipo de inversiones está buscando, cómo ve el emprendimiento en España y por qué no entra en el sector inmobiliario
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Luis Martín Cabiedes es fundador y socio de la firma de inversión Cabiedes and Partners, excopresidente de la agencia Europa Press y profesor de emprendimiento en la escuela de negocios IESE.

Considerado como uno de los pioneros en la inversión en capital riesgo en España y en utilizar el modelo del 'search fund' (fondos de búsqueda), nos cuenta en esta entrevista qué tipo de empresas está invirtiendo actualmente, cómo está el emprendimiento en España, cuáles han sido sus inversiones más exitosas y cuáles son los principales lastres tanto para crear nuevos negocios como para invertir en su crecimiento. Según Cabiedes, los sectores muy regulados, como la energía, la salud o el inmobiliario, son incómodos para su perfil de inversión y suponen un riesgo que está mal pagado. Confiesa que el 80% de sus inversiones salen mal y que su gran reto pendiente es encontrar otro modelo en el que invertir. 

¿En qué tipo de empresas estáis invirtiendo?

Hemos girado bastante en los últimos años. A nosotros se nos conoce más por el capital riesgo, pero en los últimos años hemos virado bastante nuestra estrategia de inversión. Ahora estamos enfocados a pymes tradicionales, industriales, súper rentables y con una estrategia que está muy de moda en los ‘search funds’, que es la compra apalancada de pymes. Así que, aunque la gente espera que diga que estamos invirtiendo en ‘startups’, en los últimos cinco años estamos más volcados a otro tipo de inversiones.

"Se nos conoce más por el capital riesgo, pero ahora estamos enfocados a las pymes tradicionales"

¿Qué buscáis en las inversiones? ¿Seguís algún patrón?

Con el cambio macroeconómico, ha cambiado lo que buscamos. Antes quizá buscábamos más crecimiento, pero ahora lo que buscamos es EBITDA, empresas que sean rentables. Con la cantidad de dinero a coste cero que ha habido, el dinero no era el factor limitante y había que enfocarse más a crecimiento. Y tenía sentido en aquel entorno. Pero en este entorno yo creo que hay que enfocarse a beneficios.

¿Entonces, qué estamos buscando? Estamos buscando un tipo de empresa muy concreto: una pyme que factura de 10 a 15 millones de euros, por lo que no es una gran empresa; que gana entre 2 millones y 3 millones, o sea que tiene un buen margen; y que está en un proceso de relevo generacional.

En España, como en todo el mundo, tenemos el famoso ‘baby boom’. Y todos estos empresarios del ‘baby boom’ se están acercando al retiro. Esto tiene muchas consecuencias macroeconómicas, porque algunos de esos ‘baby boomers’ fueron empresarios y están en el momento de pasar el relevo y muchas veces no encuentran en su familia gente que quiera asumir ese relevo. ¿Por qué? Pues porque se han formado de otra manera y quedarse con la fábrica de sus padres no es lo que más les apetece.

"Buscamos pymes que están en un proceso de relevo generacional"

En España, y en Europa, hay muchísimas empresas rentables y sanísimas, pero que el dueño tiene más de 60 años y el estar a las 6 de la mañana en el primer vuelo a Frankfurt ya se le hace cuesta arriba. Pues vamos buscando a ese señor para decirle “pase el relevo a una persona que no es de su familia, véndanos su empresa, haga liquida su inversión y el trabajo de tantos años y nosotros le vamos a dar un empujón en otros próximos 20 años”.

Por tanto, buscamos una persona joven que quiera ser empresario y se le pone dinero para que pueda comprar esa compañía que quedaba huérfana. El modelo sigue siendo emprendimiento y financiación, con el foco en el relevo generacional de las pymes.

¿Tenéis objetivos concretos de inversión? ¿Cómo es la operativa?

Este es un modelo que, como tantos otros, ha surgido alrededor de las escuelas de negocios. El modelo que buscamos y que aplicamos es el modelo ‘search fund’. ¿Y esto qué es? Por simplificar, nos ponemos de acuerdo 10 inversores y cada uno ponemos 20.000 euros. Con eso reunimos 200.000 euros y se los damos a una persona joven, recién salido del MBA normalmente. Y le decimos con estos 200.000 euros tiene dos años para patear polígonos y encontrar empresas. Y si nos gusta una, la compramos y ponemos cada uno de los inversores el dinero que sea necesario, y damos al joven el 25% de esa empresa que ha encontrado y se queda de consejero delegado. Por tanto, nosotros hacemos puramente de inversores.

¿Qué es lo que me encanta de este modelo? Primero que es emprendimiento. Le estamos dando a una persona la oportunidad de ser empresario, porque para ser empresario no hace falta ser fundador. Puedes llegar a ser empresario adquiriendo una compañía.

Segundo, que estas empresas rara vez están en el Paseo de la Castellana de Madrid. Están en Logroño, en Zaragoza, en pueblos perdidos de la provincia de Soria… Y me gustan este tipo de empresas pequeñas, porque lo ves todo más de cerca, y porque son importes manejables para un inversor directo.

¿Y cuál es la gracia para el inversor? Primero, y muy importante, que yo pongo 20.000 euros iniciales para ver qué encontramos y luego tengo la posibilidad de decidir si invierto o no. Es muy diferente de si inviertes, por ejemplo, en ‘private equity’, donde te comprometes a invertir y ya no tienes capacidad de decisión. Por eso esto se llama ‘search fund’, porque es un fondo de búsqueda. Además, es un modelo muy rentable y puedes jugar con apalancamiento.

¿Cuánto habéis invertido en los últimos cinco años, en los que estáis más volcados en este nuevo segmento?

Hemos hecho cerca de 150 búsquedas y hemos invertido en 52 compañías, por lo que hemos invertido en una tercera parte de las empresas. Esto es en todo el mundo, no solo en España. Curiosamente, es un nivel bastante parecido al que hacíamos de ‘startups’.

¿Cómo ves actualmente el emprendimiento en España? ¿Cuáles son los puntos fuertes y las principales carencias?

En España hay muchísimo talento. Pero, por poner un ejemplo, en España podemos tener un Gasol, pero no podemos tener una NBA. Y entonces lo que se ha intentado es crear una NBA artificial a base de dinero público. En España el ‘venture capital’ son funcionarios. ¿Por qué? Porque el mayor inversor de lejos, en algunos casos hasta con el 80% del dinero de los fondos de capital riesgo, es dinero público. Y con dinero público se puede dar un empujón, pero el exceso de dinero público ha arruinado la posibilidad de invertir en capital riesgo en España.

"El exceso de dinero público ha arruinado la posibilidad de invertir en capital riesgo en España"

Tengo la clara sensación de que el dinero público me ha echado a mí y a los inversores tradicionales en ‘venture capital’ en España. ¿A base de qué? De creerse la milonga de que en EEUU tienen mejores empresas porque tienen mejor capital riesgo. Y es mentira.

En EEUU tienen mejores empresas porque tienen más tradición, pero, sobre todo, porque tienen más mercado; y al tener más mercado, tiene sentido correr más riesgo. Se nos ha olvidado que las empresas no viven de los inversores, viven del mercado.

Si tú tienes una red social en España y te sale bien, igual te sale un Tuenti. Y si te sale bien en EEUU tienes un Facebook. ¿Y eso es porque es más listo Zuckerberg? No, es porque son otros tamaños, otros ecosistemas. Allí el potencial es infinitamente mayor y, como es infinitamente mayor, como inversor te vale la pena correr un riesgo infinitamente superior. Aquí no tiene sentido correr riesgos si, cuando ganas, ganas poco.

En España no tenemos un Facebook porque somos 20 veces más pequeños que EEUU y no somos la primera economía del mundo. Ante esa realidad, lo que se ha intentado es inundar de dinero público el mercado, se ha creado artificialmente una industria de gestores de dinero público y lo que se ha conseguido es arruinar el mercado del capital riesgo para los inversores.

"Las empresas no viven de los inversores, viven del mercado"

¿Sigue habiendo interés inversor o ya no?

Creo que los inversores privados están desaparecidos. A los inversores privados lo que hay que ofrecerles es rentabilidad, y la rentabilidad del capital riesgo en España es patética. Y no porque los inversores son malos, sino porque ha entrado demasiado dinero público.

La inversión privada en capital riesgo en España ni está ni se la espera. De momento, es bajísima y es natural que sea bajísima porque la rentabilidad es muy poca.  El dinero es la cosa más móvil que existe, muchísimo más móvil incluso que el talento. De hecho, en España lo hemos visto cuando ha habido oportunidades de inversión. Ha venido dinero de debajo de las piedras, hasta demasiado que ha habido que frenarlo, como en el sector de las renovables. Muchas veces se dice que España no tenemos innovación porque no hay capital riesgo, pero nunca ha faltado dinero para financiar.

"La inversión privada en capital riesgo en España ni está ni se la espera"

¿Qué tipo de medidas podrían ayudar a mejorar esta situación?

No soy un experto en esto, pero habría que mirarse las cosas. Tampoco quiero que parezca que estoy en contra del dinero público. Lo que creo es que el dinero público tiene que funcionar para investigación básica, para investigación de tecnología de verdad… Hay que limitar el uso del dinero público.

Y también creo que hay que superar la ‘startupities’ y pensar que hay muchas empresas que requieren más apoyo que las ‘startups’, porque las ‘startups’ al fin y al cabo son un sector muy reducido. Lo que pasa es que es muy moderno y muy ‘cool’, y además permite a los políticos darse baños de juventud. Y luego, que es más fácil vender que la solución es la tecnología y que lo que necesitamos es un nuevo Google. Ya, claro, pero es que Google hay uno.

Luis Cabiedes
idealista/news

Hay estudios que apuntan a que en España hay un freno psicológico a emprender por el miedo al fracaso. ¿Estás de acuerdo? ¿Es la realidad que has visto en tu trayectoria?

No lo creo. Al final la gente responde a incentivos y el problema es que los incentivos en España no son suficientes para el emprendimiento. Y volvemos un poco a lo de antes: es un tema de potencial/riesgo.

Los inversores y los emprendedores son racionales cuando corren riesgos, y la posibilidad de montar una empresa y que te salga mal es la misma aquí que en Alemania o EEUU, pero si sale bien, el potencial no es el mismo. Yo intentaría favorecer la asunción de riesgos.

"Los incentivos en España no son suficientes para el emprendimiento"

Llevas muchos años dando clase. ¿Has notado cambios en los alumnos en este tiempo? ¿Hay algo diferente?

Llevo dando clases mucho tiempo y sí que he visto cambios en los alumnos. Digamos que la afición de los alumnos por el emprendimiento es cíclica, como la economía. Venimos de máximos y ahora estamos bajando un poco. Es muy bonito percibir cómo los alumnos te responden de una manera distinta a los mismos temas.

Pero muchas veces nos preguntamos qué es lo que ha cambiado y también es interesante lo que no ha cambiado. ¿Y qué es lo que no ha cambiado? Esa osadía de los 20-30 años, en los que te crees capaz de todo. Eso es mágico y tiene hasta algo de contagioso. A lo mejor ahora les gusta más un área que otra, pero se mantiene la sensación de que es gente que se cree de verdad lo que hace y, sobre todo, que cree en sí misma.

¿En qué están poniendo el foco ahora tus alumnos?

Hay muchísimo interés por esto de ser empresario sin ser fundador. Pensar que está esa alternativa abre los ojos a mucha gente que cree que no puede serlo porque no tiene ideas, pero será que no hay por ahí gente que las tiene… La figura del empresario es muy interesante para ellos y creo que ahora está de moda, incluso más que la del fundador.

En España tenemos empresarios como Amancio Ortega y no los utilizamos suficiente. A mí me encanta Gasol y me encanta el deporte y me parece que los deportistas son de admirar, pero tener una figura como Amancio Ortega y que no llene estadios es una pena.

"Hay muchísimo interés por ser empresario sin ser fundador"

¿Sigue habiendo menos empresarias y emprendedoras o está cambiando la tendencia?

Todavía es una realidad. Sin duda, hay un desequilibrio enorme y el número de empresarias,  emprendedoras y buscadoras que tenemos es muy bajo. Esto es así y negarlo es ridículo.

Eso supone una oportunidad, porque quiere decir que hay un grupo que no está suficientemente bien atendido por los inversores. Mi cartera está llena de emprendedoras y no porque tenga una predilección especial por las mujeres, sino porque hay menos mercado y al final tú lo que vas buscando como inversor es menos mercado. No creo que responda a ningún tipo de genética, ni nada parecido. Quizá el problema es el estereotipo que tengamos de lo que es un empresario. Si la imagen que tenemos del empresario es el típico tiburón de los negocios, pega más que sea hombre, ¿no?

Antes comentabas que el emprendimiento es algo cíclico y que ya hemos dejado atrás los máximos. ¿Cuándo se produjo ese récord?

Las burbujas es de aquellas cosas que, después de visto, todo el mundo es listo. Es muy difícil saber cuál es el máximo de algo hasta que no ha empezado la caída. En ‘startups’ llevamos en una zona de burbuja desde 2018-2019 y, cuando pensaba que estábamos en máximos, vino el covid y pasaron muchas cosas. Además de que nos encerraron a todos, los gobiernos, muy razonablemente, bombearon dinero a expuertas. Y entonces tuvimos una burbuja sobre la burbuja y ese fue el pico.

Me hace mucha gracia esto de que se aprende de la historia. Y es verdad que la historia se repite, pero lo que no te dicen es qué capítulo se repite. Y si no sabes qué capítulo se repite, no te sirve de mucho. ¿Dónde miras los precedentes, en los años 30, en los 70, en los 80, en el año 2000 o en el 2020? Claramente puedes ver que hay exuberancia y que los mercados han dejado de ser razonables, pero eso no significa que vayan a bajar. No subestimes nunca la posibilidad de que los mercados sean irracionales mucho más tiempo y mucho más arriba de lo que te podías creer.

Y lo bonito de la ciencia económica es que es imprevisible. La historia de la humanidad es única, un fenómeno irrepetible. Cada circunstancia tiene cosas que se parecen, pero es única en sí misma. Eso quiere decir que estamos en lo que los académicos llamamos incertidumbre irreductible, que es cuando no conoces la curva de posibilidades. Así es la historia humana, donde no hay curva de probabilidad porque cada fenómeno es único en sí mismo. No sabemos cómo va a acabar la guerra de Ucrania, porque es única en sí misma y depende de lo que pase.

"No subestimes la posibilidad de que los mercados sean irracionales mucho más tiempo y mucho más arriba de lo que te podías creer"

¿Qué consejos podrías dar a alguien que esté pensando en emprender y todavía no ha dado el paso?

Cuando me preguntan, siempre me acuerdo del mejor consejo que me han dado. Y el mejor consejo que me han dado es “no hagas caso a los consejos”. Al final tiene que ver con lo que decíamos hace un momento. Cada uno es único, es irrepetible. No hay consejos porque cuándo emprender y cuándo no emprender es una decisión muy personal.

Yo no diría un consejo, pero sí que introduciría una reflexión. Tampoco es tan arriesgado. Lo que tienes que decidir es ser responsable con tu dinero y con la sociedad, y jugar con las reglas legales, de ética y de buen comercio. Hay protecciones legales para el fallo y muchas veces sobreestimamos un riesgo que no existe. Si tú estás decidido hacer las cosas bien, el riesgo no es tan grande. No digo que sea fácil, pero no es imposible.

Creo que en algún momento de la vida todos deberíamos intentar ser empresarios. Eso no quiere decir que todos tengamos que fundar Microsoft.  Es precioso ser empresario de una empresa pequeña. Muchas veces los emprendedores piensan que tienen que hacer un acto heroico de hipotecar su casa, dejarlo todo para empezar algo, pero tienen que pensar qué quieren hacer, qué les gusta… Empieza en pequeño y ya habrá tiempo de crecer.

"En algún momento de la vida todos deberíamos intentar ser empresarios"

¿Cuáles son las mejores inversiones que has hecho?

Depende de cómo las compares. En cuanto importe, creo que es la más grande es BlaBlaCar, pero en cuanto a múltiplos seguramente sigue siendo Olé. Pero un inversor no puede vivir de una inversión, sino que tiene que tener una cada X años.

Además de las que he mencionado ya, Privalia e Indexa están todavía por liquidar, Trovit fue una magnífica inversión y Habitissimo, Bankimia y Kantox son otras en las que he conseguido unos retornos buenos. Estas son las empresas en las que mejor me ha salido la inversión.

¿Y las peores?

Muchas. El 80% de mis inversiones salen mal, pero estoy acostumbrado a vivir con eso. Mi negocio es muy bueno para la humildad porque tienes que convivir con que te equivocas la mayoría de las veces.

Pero no hay riesgos buenos o riesgos malos. Hay riesgos bien pagados y mal pagados. Y tiene que ver con esta idea de que depende del retorno, como hablábamos antes.

"El 80% de mis inversiones salen mal, pero estoy acostumbrado a vivir con eso"

¿Tenéis inversiones en el sector inmobiliario? ¿Os parece interesante?

El inmobiliario es un sector en el que, como inversión, no he jugado. Tenía que haber hecho mucha más inversión inmobiliaria, porque bien hecha es una inversión buenísima, pero no he hecho nada.

¿Tampoco has invertido a título personal, como en viviendas para destinar al alquiler?

Prácticamente nada. Han sido para disfrutar. Es verdad que mi familia ha tenido algunas inversiones inmobiliarias que nos repartimos, pero yo me he deshecho de ellas. No sé si será un error, pero también tiene que ver con mi perfil inversor y con mi perfil personal. Yo no tengo hijos, ya tengo una cierta edad y cada vez favorezco más las inversiones líquidas y con un perfil de alto riesgo.

El negocio del alquiler es un negocio que tiene para mí una gran pega y que pretendo evitar en todo lo que puedo, y es que es demasiado regulado. Por eso entro muy poquito en salud, en educación y en inmobiliario. Los sectores regulados son peligrosos, son incómodos.

En los sectores que están demasiado cercanos a la política, como la energía, quizá porque son demasiado grandes y escurridizos. Y el sector inmobiliario me parece que es un poco escurridizo. El riesgo regulatorio es un riesgo mal pagado normalmente y yo no corro riesgos que se paguen mal. El mercado no valora suficiente el riesgo regulatorio.

"El mercado no valora suficiente el riesgo regulatorio"

¿Te has mudado muchas veces de casa?

Desde que me casé, voy por la quinta.

¿Qué recuerdas de ellas?

Que no quería mudarme, pero que me he alegrado de haberlo hecho después. Ahora estoy en un movimiento interesante a nivel personal y es que estoy llevando mi centro de gravedad desde Madrid a Santander.

No sé si es porque ya me he hecho mayor, pero a mí las provincias me parecen fantásticas, y luego que el mar me vuelve loco. Y mi último proyecto personal inmobiliario es una casa que nos hemos comprado en Santander. Creo que es la primera vez que me hace ilusión.

¿Es un adiós definitivo a Madrid?

Estaré entre Madrid y Santander, así que tendré dos casas abiertas. Nunca dejaré de tener una casa en Madrid. Me gusta mucho y es un sitio estupendo para ir. A mí, por ejemplo, me gusta muchísimo la ópera y la vida cultural en Madrid. Es estupenda esa sensación de voy a ir a Madrid y entonces aprovecho para…

Como tentación loca, si tuviese una tercera casa la tendría en el centro de Europa, en Austria, para darme un baño de europeísmo, de esta Europa que es que es casi decadente. Pero no creo que se cumpla.

¿Qué crees que le falta y le sobra a tu casa?

Hace muchos años teníamos una conversación un amigo y yo, cada uno con un barco. Un día me dijo “mi barco ya está perfecto, no le falta nada”, y yo me reí y le dije “pues mi barco está perfecto, ya no le sobra nada”.

A mi casa nueva pretendo que no le sobre nada porque no tiene nada. Me encanta el vacío e ir más allá del minimalismo. ¿Y qué le falta? Tiene 12 metros de ventanal, pero le falta todavía más mar. Yo si pudiese metería el mar en el salón. Más mar, más agua y más brisa, es lo que me gustaría tener.

"Me encanta el vacío e ir más allá del minimalismo"

Una de las ciudades donde has vivido es Barcelona. ¿Cómo fue tu experiencia con el alquiler?

Uy, simpatiquísima. He tenido alquilado un apartamento estupendo en el Paseo de Gracia durante 18 años, mientras vivía entre Madrid y Barcelona. Estoy enamorado de Barcelona, es una ciudad fascinante y también tiene mar, pero me considero echado de Barcelona.

Un día me llamó mi casero, que es una persona encantadora, que había sido alumno mío y que con quien me llevaba fantástico, y me dice que le han dado una licencia turística y que si no estaba en explotación en tres meses le quitaban la licencia.

Y desde entonces estoy ‘homeless’ en Barcelona. Recuerdo que llamé a un amigo que se dedica al sector inmobiliario para decirle que necesitaba alquilar una casa en la ciudad y se empezó a partir de risa. Me dijo “tú y el 90% de la gente. No hay casas en Barcelona”.

Estuve buscando casa hasta que tiré la toalla. Y ahora voy de hotel en hotel. Igual que decía antes que me consideraba casi expulsado del negocio de la inversión en ‘startups’, pues me considero casi expulsado de Barcelona. Y es una pena.

Lo del alquiler de Barcelona es una cosa absolutamente increíble. Cuento los días que vivía en Barcelona y ahora se han reducido a una quinta parte, porque no es lo mismo ir a un hotel que tener un apartamento con tu cepillo de dientes. Eso es incomparable.

"Estuve buscando casa de alquiler en Barcelona hasta que tiré la toalla. Ahora voy de hotel en hotel"

 

Luis Cabiedes
idealista/news

¿Qué supone trabajar con tu hermano?

Pues es comodísimo, porque no lo cuestionas. Y como no lo cuestionas, pues no tienes que hacer ‘annual reviews’. Te adaptas más, porque como sabes que no va a dejar de ser un hermano y no le voy a echar, ni me va a echar él a mí, y aprendes a vivir juntos. Esto es bueno en las relaciones personales y en las relaciones profesionales.

Además, es un profesional impresionante. Tiene ocho años menos que yo y nos entendemos tanto y tan bien que nunca estamos juntos. Hay inversores que van dos como la Guardia Civil, pero José y yo trabajamos absolutamente por separado desde el año 2009 y no tenemos reuniones. Están prohibidas.

Hablamos con mucha frecuencia, pero somos dos lobos solitarios y solo en un momento dado pedimos la opinión del otro: antes de mandar el cheque. Así, hace su proceso de evaluación completamente desde cero y en paralelo. ¿Para qué? Para mantener la diversidad. Si tenemos la misma formación, la misma información y el mismo proceso de decisión, no te aportas nada.

"Mi hermano y yo nos entendemos tanto y tan bien que nunca estamos juntos"

Con la trayectoria que tienes, ¿qué te queda pendiente a nivel profesional?

Estoy mayor, pero todavía me quedan muchas cosas por hacer. Y una de las cosas que me gustaría hacer es descubrir otro activo.

Mi hermano y yo fuimos de los primeros en descubrir el capital riesgo en España, de los primeros en descubrir los ‘search funds’. Y no digo que el modelo del ‘search fund’ esté agotado, pero da síntomas. Me encantaría encontrar un activo relevo. Me encantaría volver a darle y volver a ser otra vez pionero en inversión en un tipo de activo que funciona muy bien durante un tiempo, sabiendo que se agotará. La mayor parte de día a día es intentar buscar un activo alternativo que todavía no tengo.

"Me encantaría volver a ser otra vez pionero en inversión y encontrar un activo relevo"

En vuestros acuerdos de socios hay una cláusula, bautizada como ‘cláusula Cabiedes’. ¿En qué consiste?

La ‘cláusula Cabiedes’ existe y estamos orgullosísimos de ella. Cada línea del pacto de socios de Cabiedes es una cicatriz de un problema que hayamos tenido antes. Partimos de un pacto básico y a medida que nos hemos ido encontrando problemas, hemos intentado incorporar la solución al pacto.

¿Qué dice? Realmente no es una, son varias, y tienen como idea fundamental que la empresa la dirigen los emprendedores. En nuestro pacto pone expresamente que la mayoría del consejo está en manos de los emprendedores, porque yo apuesto por un emprendedor, no apuesto por el inversor de al lado. He apostado por esta persona y este proyecto, y quiero que lo dirija él. Por tanto, es una cláusula defensiva frente a los inversores. Es un pacto contra los inversores.

En mis años de trayectoria mis discusiones han sido más con los inversores que con los emprendedores. Y como sé cómo van a venir, y quiero asegurar mi dinero tanto de los inversores actuales como de los inversores que vengan, en el pacto pone expresamente que todas las acciones son iguales, no hay acciones con liquidez y preferentes. No hay acciones con derechos económicos distintos.

Segundo, no puede haber operaciones vinculadas. O sea, la manera de sacar dinero de la sociedad tiene que ser igual para todos. Y la tercera es que no se puede dar opciones a unos sin dárselas a otros.

En el fondo, el pacto de Cabiedes son unas reglas y muchas veces el que entra se queja de que es muy difícil invertir en una empresa en la que está Cabiedes. Y claro, es muy difícil con sus reglas.

"La 'Cláusula Cabiedes' es un pacto contra los inversores"

¿Cuántas personas estáis en Cabiedes and Partners?

En Cabiedes and Partners somos dos socios, mi hermano y yo. Tenemos a una persona de muchísima confianza, que es Juan; a una persona que nos ayuda en todo el tema de administración y finanzas, que es Carmen; y a un abogado externo, que es Florentino. Y esto es lo que hay. Llegamos a donde llegamos. Nos hemos resistido toda la vida a ser una gestora. 

¿Qué plazo medio tenéis de inversión?

Tenemos una etapa de inversión muy clara. Decimos que somos pediatras, pero no ginecólogos. O sea, hasta que la empresa no está en el mercado, no nos llames. Y mantenemos la inversión hasta que llega un momento en el que ya dejamos de entenderles.

Yo creo que es importante para el inversor saber que para nosotros esto es una carrera de relevos. Yo hago el primer sprint, y creo que soy bueno en esa etapa. Ya llevamos 25 años invirtiendo y tenemos mucha experiencia. Soy un buen pediatra, pero hay médicos mejores para etapas posteriores.

Los inversores tienen que saber cuándo dejan de aportar valor y lo mejor que pueden hacer es salir de allí. Así que sobre la pregunta de cuánto tiempo estoy en una compañía, la respuesta es el menos posible. Lo que pasa es que hay veces que no me puedo ir, pero, si pudiera, me iría.

"Los inversores tienen que saber cuándo dejan de aportar valor"

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