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Goldsmith Street, el proyecto de casas pasivas que será un referente para el futuro de la vivienda
Mikhail Riches

Las construcciones pasivas son aquellas que en su diseño, construcción y uso se presta una especial atención a los aspectos relacionados con el impacto medioambiental y social. Sin duda, algo interesante en una época en la que estos elementos son considerados importantes por cada vez más gente, preocupada por el entorno. La ventaja de las estructuras inspiradas en este concepto es que son capaces de ahorrar hasta un 90 % del consumo si se compara con un edificio convencional. Una cantidad nada desdeñable que, además de servir para conservar en buen estado el medio ambiente, también puede suponer un importante alivio para el bolsillo de quienes en ellas habitan.

Este concepto nació en Alemania, hace ya casi veinte años, y desde entonces han surgido muchos proyectos que se inspiran en él. Si bien es cierto que no siempre y en todos los lugares su implantación está siendo tan rápida como sería deseable. Aunque los pasos para que en un futuro  más o menos lejano, se acabe consolidando. En el caso de España, alrededor del 1 % de las nuevas construcciones se basan en esta fórmula una cantidad muy baja, pero que no debe llevarnos al pesimismo con respecto a un futuro éxito.

Un proyecto muy interesante en esta línea se ha desarrollado en Reino Unido, en concreto en Norwich, una pequeña ciudad situada a casi 200 kilómetros al norte de Londres. Allí, en la céntrica calle de Goldsmith Street, promovido por el Ayuntamiento, se ha desarrollada un plan de 105 viviendas basadas en la filosofía de las construcciones pasivas.

Todo nació cuando el consistorio de Norwich celebró un concurso internacional para seleccionar un proyecto que se adaptase las nuevas necesidades. El estudio de arquitectura Mikhail Riches fue el vencedor por lo que se le dio el encargo de trabajar en un proyecto que revitalizase esta zona de la ciudad. El objetivo es que estas viviendas adosadas se conviertan en una alternativa asequible a los bloques de apartamentos cada vez más presentes en la ciudad. “El diseño busca reintroducir calles y casas en un área de la ciudad que de otro modo está dominada por bloques de pisos del siglo XX”, afirma Hawley Mikhail.

Uno de los principales criterios utilizados para desarrollar el proyecto era el de apostar por un modelo de bajas emisiones de carbono. Para ello, las viviendas se orientaron hacia el sur y se adaptaron a los requisitos necesarios para obtener la certificación de ‘Passivhaus’. En consecuencia, la idea se articuló en torno a la necesidad de proporcionar hogares soleados y llenos de luz , algo que, además de ser un elemento clave en relación con el respeto al medio ambiente, ofrece la posibilidad de rebajar los costes de electricidad y calefacción.

A ello se suma que los muros de las viviendas poseen un grosor de más de 600 milímetros. Los tejados se colocan a 15 grados para maximizar la entrada de luz solar al tiempo que se garantiza que cada edificio no bloquee la luz solar de las ventanas de los que se encuentran detrás. Además, se incorporaron unos diseños de alféizares blancos que  ayudan a mejorar la iluminación en las estancias. Las ventanas también cuentan con malla de aluminio con brise-soleils que proporcionan protección solar.

Otros detalles son  una paleta de materiales de ladrillos de arcilla color crema lechosa y tejas negras brillantes en los tejados que hacen eco de los materiales de construcción que se encuentran en todo Norwich, y paredes curvas en cada esquina para disfrazar las escaleras internas al tiempo que conduce suavemente a los visitantes a las calles. La mayor parte de las viviendas cuentan con su propia puerta de acceso a la calle, su escalera y un vestíbulo a pie de calle, además de una serie de zonas comunes que se comparten con el resto de inquilinos del inmueble.

El conjunto se compone de siete bloques de terrazas dispuestos en cuatro líneas, que contienen un total de 45 casas y 60 pisos, dentro de un área de menos de una hectárea. Se evitó la construcciḉon de edificios altos para que los espacios públicos que rodean las viviendas contasen con suficiente horas de luz solar durante gran parte del día. Para hacerlo posible, sin renunciar a la densidad de vivienda que la administración pública requería, se tomó como modelo un área de vivienda de alta densidad llamada Golden Triangle, un vecindario de casas adosadas victorianas de una zona cercana. Además, las casas se caracterizan por una forma muy anchas pero poco profundas, ya que sus dimensiones son de 8 metros por 6. Además, entre ellas, un callejón abierto conforma un eje que en la práctica funciona como funciona como un jardín comunitario compartido y un área de juego segura para niños.

En principio, gran parte de estas viviendas tendrán un uso social, y se dirigirán a paliar las dificultades de personas con menores ingresos a una vivienda digna, a través de una política de rentas accesible por parte del gobierno local.

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