Europa en general, y España en particular, es un territorio repleto de iglesias y de otros edificios dedicados al culto. Ya sean dedicadas a los fieles cristianos católicos o los de alguno de los múltiples variantes que han ido surgiendo en los diferentes cismas que el cristianismo vivió en las épocas medieval y moderna, lo cierto es que la existencia de estas construcciones han maravillado en muchas ocasiones a quienes las han visto o visitado.
Y no es para menos, desde la Basílica de San Pedro en Roma hasta la Catedral de la Almudena en Madrid, pasando, cómo no, por la tristemente accidentada Catedral de Notre Dame de París, la de San Basilio en Moscú o la de San Pablo en Londres, por citar solo algunas de las más famosas, han dejado huella por su riqueza artística y por su grandiosidad arquitectónica.
Sin embargo, junto con estos monumentales edificios religiosos, hay otros muchos más pequeños y humildes, que, a pesar de todo, han sabido cumplir a la perfección con su cometido, como estas de las que ya hablamos en idealista news hace algún tiempo. Otras, incluso, han sabido adaptarse a los nuevos tiempos a través de nuevos sistemas constructivos. Es el caso de esta iglesia prefabricada, diseñada por el estudio FARO Architecten en Mennorode (Países Bajos).
Los arquitectos diseñaron esta iglesia para los fieles del culto menonita, un movimiento cristiano anabaptista, originado en el siglo XVI durante la Reforma protestante, de acuerdo con sus principios tradicionales. El resultado es este edificio sostenible, con el que se ha creado un bonito espacio para reunirse. Un aspecto que destaca es su sobriedad, algo que se ha heredado de las primeras iglesias menonitas, que eran bastante discretas, para mejorar la concentración y la unión, y solían estar escondidas para pasar desapercibidas y esquivar cualquier atisbo de represión.
La apuesta por la sostenibilidad se ha materializado en que el edificio está totalmente hecho de madera. Pero no solo eso, ya que el interior se ha acabado con tarimas recicladas de un antiguo convento y el techo y las paredes exteriores están cubiertos con tejas de acacia francesa, extraídas de maderas de producción sostenible. La fachada frontal es de madera de roble autóctono y las paredes y el techo se han aislado con lino. El edificio se calienta mediante almacenamiento térmico.
El edificio tiene un gran espacio característico donde las vigas de madera blanca son el elemento de referencia para todo el conjunto. También destaca la ampliación en el medio del edificio. “El ensanchamiento a la mitad del edificio le da a la iglesia con forma de granero una apariencia contemporánea. Por ejemplo, la entrada más estrecha se convierte en un espacioso salón de la iglesia con una pared trasera de vidrio”, explican desde el estudio.
Gracias a su forma y estructura, esta pequeña y coqueta iglesia pretende ser algo más que un lugar de culto, y se utilizará para reuniones y otras funciones. Un rincón especialmente diseñado para ello se dedicará, como es normal en una iglesia, a la reflexión, la quietud y la meditación.
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