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House in Aoyama ha sido diseñada por Keiji Ashizawa con el objetivo de proporcionar intimidad y confort a sus residentes, en una de las zonas más concurridas de Tokio.
House in Aoyama Tomooki Kengaku

Una de los aspectos que caracteriza a la arquitectura tradicional de diversas culturas es su búsqueda por lo privado y la intimidad. Ello se consigue mediante el uso de madera en las puertas correderas o en la separación entre estancias, a través de telas o celosías. Inspirada en esta tradición, la arquitectura moderna japonesa busca esa intimidad con la madera desde diversos enfoques y estéticas. Así, en el diseño residencial moderno, especialmente en ciudades grandes como Tokio, las celosías no solo protegen del bullicio exterior, sino que también permiten el paso de la luz natural, creando espacios interiores llenos de serenidad. En esta situación se encuentra la House in Aoyama, en Tokio.

La casa, de cuatro plantas, presenta una entrada y un balcón resguardados por altas celosías de madera.
Aberturas resguardadas Tomooki Kengaku

Celosías para mayor privacidad

Ubicada en una de las zonas más concurridas de Tokio, la 'House in Aoyama' ha sido diseñada por Keiji Ashizawa, con el objetivo de proporcionar intimidad y confort a sus residentes, una familia con un niño y dos perros. Para lograr este ambiente de tranquilidad en medio de un entorno urbano, Ashizawa optó por utilizar hormigón como principal material de construcción. Este no solo ofrece resistencia frente al ruido y las vibraciones del tráfico circundante, sino que también contribuye a la solidez estructural del edificio.

Las celosías crean un sutil aislamiento en el entorno urbano con un ambiente suave, como se ve a menudo en las casas tradicionales de Kioto.
Celosías para un sutil aislamiento Tomooki Kengaku

La casa, de cuatro plantas, presenta una entrada y un balcón resguardados por altas celosías de madera, las cuales protegen la vivienda de las miradas de los vecinos y transeúntes, además de filtrar la luz natural de una manera que genera un ambiente suave y acogedor. Según el propio arquitecto, "las celosías crean un sutil aislamiento en el entorno urbano con un ambiente suave, como se ve a menudo en las casas tradicionales de Kioto". Este enfoque ofrece a los residentes la posibilidad de disfrutar de la luz natural sin sacrificar la privacidad, un desafío común en áreas urbanas densas.

La claraboya añade un toque poético al espacio, inundando la casa con una luz brillante y dinámica.
Luz brillante Tomooki Kengaku

La elección de la madera de Itauba para las celosías no fue casual. Esta madera tropical es conocida por su resistencia al agua y su durabilidad, lo que la hace perfecta para crear lamas finas y largas que, además de ser estéticamente agradables, son extremadamente funcionales. Este material, en combinación con el diseño esbelto de las celosías, logra un equilibrio entre elegancia y practicidad, un aspecto clave en el diseño de la vivienda.

La azotea funciona como un "jardín en una residencia urbana" donde los habitantes pueden disfrutar de un oasis verde sin tener que salir de la ciudad
Azotea Tomooki Kengaku

Interiores orgánicos y juegos de luces

Dentro de la House in Aoyama, el hormigón queda expuesto en gran parte de los espacios, pero con una variedad de acabados que añaden profundidad y textura al diseño. Ashizawa explicó que "hemos seleccionado una paleta de acabados: hormigón en bruto en el techo de la entrada, texturas estriadas para mejorar la acústica en el salón, hormigón lavado al agua en espacios de transición como la entrada y las escaleras, y hormigón granallado en zonas húmedas como la cocina". Esta variedad de tratamientos del hormigón permite que cada área de la casa tenga una personalidad propia, sin perder la coherencia general del diseño.

El hormigón queda expuesto en gran parte de los espacios, pero con una variedad de acabados que añaden profundidad y textura al diseño.
Acabados de hormigón Tomooki Kengaku

Para romper con la dureza del hormigón, el arquitecto introdujo elementos de madera, como la escalera de caracol que conecta las diferentes plantas y los muebles de madera, lo que aporta un toque más cálido y orgánico al interior. Este contraste entre los materiales duros y suaves refleja el deseo de Ashizawa de crear un espacio equilibrado que mezcle modernidad y confort.

El contraste entre los materiales duros y suaves refleja el deseo de crear un espacio equilibrado que mezcle modernidad y confort.
Contraste entre hormigón y madera Tomooki Kengaku

Otro elemento clave del diseño es el uso de la luz natural. Las celosías permiten que la luz se filtre suavemente en el interior, mientras que una claraboya añade un toque poético al espacio, inundando la casa con una luz brillante y dinámica. Según el arquitecto, "la combinación de la suave luz natural que se filtra por las lamas y la espectacular iluminación de la claraboya mejora la experiencia vital". Esta combinación crea un espacio interior que se siente ligero y abierto, un santuario luminoso en medio de la agitación urbana de Tokio.

Para romper con la dureza del hormigón, el arquitecto introdujo elementos de madera, como la escalera de caracol que conecta las diferentes plantas.
Escalera de caracol Tomooki Kengaku

Finalmente, el diseño se completa con una azotea ajardinada y un sótano, ambos pensados para proporcionar a los residentes espacios de relajación y socialización. La azotea funciona como un "jardín en una residencia urbana", una extensión del hogar donde los habitantes pueden disfrutar de un oasis verde sin tener que salir de la ciudad.

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