El Gobierno laborista británico presenta el impuesto a las mansiones… para 2028

La ministra británica de Hacienda, Rachel Reeves, ha anunciado los nuevos presupuestos para Reino Unido en los que ha anunciado un incremento de los impuestos en 26.000 millones de libras, unos 29.500 millones de euros, para el periodo 2026-2029 con nuevos impuestos al juego y las apuestas, a los dividendos y los intereses, los ingresos inmobiliarios y los ahorros. El nuevo ‘impuesto a las mansiones’, para aquellas propiedades con un valor superior a 2 millones de libras (2,28 millones de euros) recaudará 400 millones de libras (456,3 millones de euros) para 2029.

El Gobierno del Partido Laborista de Keir Starmer ha decidido alargar tres años más, hasta 2031, la congelación de los tramos del IRPF (el income tax) que llevarán entonces una década congelados, además de no tocar demasiado la Seguridad Social y el IVA, algunas de sus promesas electorales hace solo un año. Además, se reducen los beneficios fiscales para cierto tipo de pensiones y se suben en dos puntos los tramos básico y superior de los impuestos que afectan a dividendos, ahorro y ganancias de capital.

En materia de vivienda, se impondrá un impuesto sobre las viviendas valoradas en más de 2 millones de libras (2,28 millones de euros), con un recargo que comenzará en 2.500 libras anuales (2.850 euros) para el tramo más bajo y aumentará hasta 7.500 libras (8.550) para aquellas propiedades con un valor superior a los 5 millones de libras (5,7 millones de euros).

Se espera que el impuesto recaude unos 400 millones de libras (455 millones de euros) en el ejercicio fiscal 2029. Los expertos advierten de que habrá distorsiones en el mercado que probablemente afecten a otros impuestos sobre la propiedad, como el impuesto de timbre (equivalente al ITP español), según un informe de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria publicado por error antes del discurso de Reeves

“Los compradores potenciales pospondrán sus compras mientras se lleva a cabo el complejo proceso de revalorización de las viviendas”, han destacado, “en un mercado ya de por sí desconcertado”. Alrededor del 88% de las aproximadamente 153.000 viviendas sujetas al impuesto se encuentran en Londres, según Hamptons.

La ministra británica de Hacienda, Rachel Reeves Getty images

El mercado inmobiliario británico de alta gama ha atravesado una década turbulenta, a partir de una serie de cambios fiscales que han disuadido a los inversores. Los precios en los distritos más cotizados de Londres ya habían caído un 23,8% desde su máximo en junio de 2014, según Savills.

"La política ha prevalecido sobre la economía", afirma Tom Bill, jefe de investigación residencial en Reino Unido de la inmobiliaria Knight Frank. "Esto supone un obstáculo para el mercado inmobiliario a cambio de poco dinero".

Para introducir el nuevo impuesto, el Reino Unido necesitará revalorizar sectores del mercado inmobiliario por primera vez en décadas, ya que las bandas actuales del impuesto municipal se basan en los precios de las propiedades desde 1991.

"Si bien el impuesto inicial es relativamente modesto, representaría uno de los primeros impuestos sobre el patrimonio en lugar de la renta, sentando un precedente para futuros aumentos", según Aneisha Beveridge, jefa de investigación de la agencia inmobiliaria Hamptons. "Impuestos como el impuesto de timbre y el recargo por segunda residencia comenzaron siendo pequeños, pero posteriormente fueron aumentados sustancialmente para aumentar los ingresos".

Los propietarios tendrán derecho a aplazar el pago del impuesto hasta que vendan sus propiedades. La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria prevé que los precios de las viviendas de lujo bajen, ya que los vendedores se verán obligados a absorber el coste del recargo. También prevé distorsiones en los precios, ya que los vendedores anunciarán propiedades justo por debajo de los umbrales impositivos.

Los propietarios que posean las propiedades más valiosas estarán obligados a pagar el impuesto adicional. Los ingresos se destinan a la recaudación del gobierno central, en lugar de contribuir directamente a la financiación de los ayuntamientos.

Más impuestos por los ingresos del alquiler

Además del impuesto a las mansiones, Reeves también presentó planes para aumentar el tipo impositivo aplicado a los ingresos por alquiler en dos puntos porcentuales. Se trata de la última de una serie de subidas de impuestos a los caseros, que han respondido quitando viviendas del mercado, reduciendo la oferta de propiedades de alquiler y forzando el aumento de los precios de los alquileres.