El número de compradores en Reino Unido que adquirieron su primera vivienda tras solicitar una hipoteca ha caído en 2023 al nivel más bajo desde hace una década. Estos datos, que provienen de Yorkshire Building Society, se muestran como una evidencia sobre la falta de asequibilidad de los inmuebles, que se está viendo afectada por las subidas de tipos y los elevados precios.
En total, la entidad crediticia ha estimado que 2023 contó con cerca de 290.000 compradores de primeras viviendas, un descenso considerable frente a las 370.000 registrados en 2022, y la cifra más baja desde 2013, cuando estos llegaron a 260.000 compradores.
Los compradores primerizos suponen un 54% del total
Las cifras quedan lejos de récords como los de 2021, cuando alcanzaron los 400.000 tras la pandemia. No obstante, Yorkshire ha destacado que la caída en el número de personas que han adquirido su primera vivienda es menos contundente que la registrada en el número de nuevos compradores en general. Esto supone que el porcentaje de compradores primerizos es ligeramente superior con respecto al resto de compradores en general, con un 54% del total.
Esto parece deberse a la necesidad de aquellos decididos a invertir en una vivienda propia de superar problemas como los elevados costes de financiación o la subida de tipos. A pesar de ello, las estrictas condiciones de los prestamistas complican cada vez más hacerse con una hipoteca.
Las entradas alcanzan el 105% del sueldo anual
En la actualidad, una entrada del 20% supone para los británico cerca del 105% de su sueldo anual, mientras que una hipoteca implica cuotas del 38% del total del salario mensual, muy por encima del 30% recomendado. Sin embargo, parece que las previsiones positivas se mantienen para los compradores, ya que los expertos creen que el Banco de Inglaterra comenzará a recortar los tipos de interés este año.
Antes de las últimas navidades, ya se podían encontrar créditos a cinco años a tipo fijo por debajo del 4%, los primeros desde mayo de 2023, y los agentes creen que estos recortes podrían incrementarse. Sobre todo teniendo en cuenta la tradicional época de compras de la primavera en Reino Unido, que hace que los bancos y las entidades de crédito compitan para hacerse con más clientes.
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