
Las cabañas situadas en espacios boscosos deben (o deberían) tener varios principios con los que diseñarse: que sean sostenibles, que sean confortables y que los habitantes puedan evadirse y relajarse. Todo ello, si puede ser, con una estrecha conexión entre la casa y el paisaje que lo rodea.
Estos principios se encuentran presentan en la mayoría de cabañas situadas en todas las partes del mundo, desde Finlandia, hasta las Montañas Rocosas o Australia. Y precisamente, del país austral, es la cabaña que traemos en esta entrada, la Sawmill Treehouse.

Un diseño en altura
La cabaña, concebida como una casa del árbol, se encuentra en Sawmill Settlement, una zona con fuerte pendiente cercano a la estación de esquí de Mount Buller, en los Alpes de Victoria (Australia), conocido localmente como High Country. Diseñada por Robbie Walker, que la bautizó como Sawmill Treehouse, la cabaña no es solo una casa, es una "escultura en los árboles" que desafía la gravedad gracias a los soportes en pilotes, que se funde con el paisaje que lo rodea.
Para su diseño, el arquitecto tuvo que enfrentar a múltiples desafíos naturales, respetando y celebrando el entorno. Según sus palabras, "los listones de acero reflejan la luz de forma similar a las hojas de un árbol, más de lo que lo haría una gran plancha plana de acero", revelando la meticulosa atención al detalle que caracteriza este proyecto.

Y es que, la Sawmill Treehouse se eleva sobre cuatro esbeltos postes o pilotis, permitiendo que la naturaleza fluya libremente por debajo. Esta decisión resuelve el problema del drenaje de agua y crea una sensación de ligereza y conexión con el bosque.
La estructura rectangular, de 12 metros de largo y 4 de ancho, está envuelta en lamas de acero envejecido de color marrón oscuro, lo cual ayuda a filtrar la luz solar y a proteger la cabaña del intenso calor veraniego australiano. Todo ello, además, favorece a que el edificio “se asiente más como una escultura entre los árboles y no estorbe en el sitio”.
Altura para la calma y la reflexión
El interior de la casa en el árbol es un oasis de tranquilidad. Con un diseño minimalista, pero acogedor, la cabaña cuenta con un dormitorio, un baño, una cocina y un salón.

El punto focal es sin duda el "muro de cristal" que ofrece vistas panorámicas del barranco y el bosque que la rodea, con el que Walker ha logrado crear un espacio que invita a la contemplación y la conexión con la naturaleza.
El interior presenta una paleta de colores sobria destinada a crear una sensación de calma y calidez, con paredes, techos y suelos revestidos de madera de fresno victoriano. Este material se utiliza, además, en el mobiliario y otros detalles, como las puertas y los armarios, el sofá empotrado o las cubiertas de las rejillas de ventilación.

Para cumplir con las estrictas normas de seguridad contra incendios forestales, el arquitecto implementó soluciones innovadoras como ventanas practicables con mosquiteras fijas y rejillas de ventilación ingeniosamente colocadas.
Un detalle curioso sobre el proyecto es el compromiso con la sostenibilidad y la moderación. A pesar de la presión por construir una estructura más grande que aumentara el valor de reventa, el cliente y el arquitecto optaron por mantener una cabaña compacta y en armonía con su entorno. Según Walker, "creo que construir menos y ser menos codicioso es quizá más importante incluso que las elecciones de materiales".


Para poder comentar debes Acceder con tu cuenta