Muchas personas, al entrar a un piso alquilado que les encanta, que cuenta con las habitaciones que se ajustan a sus necesidades, en un barrio perfecto y a un precio justo, descubren que la decoración o los muebles no va con ellos. Para desamueblar un piso alquilado es necesario contar con la aprobación del propietario, tal y como establece la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). Si en el contrato de alquiler el piso figura como amueblado, el arrendador tendrá la decisión final a este respecto. De todos modos, lo ideal es dialogar con él.