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Todas las previsiones reflejan que este año el crecimiento de la economía mundial se ralentizará, incluso en España. Sin embargo, nuestro país será, un año más, uno de los que más avance este año. Así lo dicen organismos como el FMI, que sitúa a España a la cabeza del crecimiento junto con EEUU y Brasil. El consenso vaticina que el PIB crecerá un 2,2% este año, frente al 1,3% de Alemania, al 1,1% de Japón, al 1,5% de Francia o al 1,9% de Canadá.

¿Y cómo es posible que el PIB tenga más tracción que muchas superpotencias si hay un freno global? Según ha explicado durante unas jornadas inmobiliarias Rafael Pampillón, profesor de Economía de IE Business School, hay varias razones que explican por qué la economía española aguantará el tipo mejor que otras. Entre ellas, las previsiones de un petróleo barato, un euro más débil que el dólar y unos tipos de interés bajos. También recuerda las posibilidades que brinda el cambio de modelo productivo de China a las empresas y la esperanza de que haya un segundo referéndum sobre el Brexit.

La primera razón para pensar que España esquivará el golpe de la ralentización económica mundial es que, si no hay cambios drásticos, todo apunta a que el precio del petróleo se mantendrá en unos niveles bajos. Y esta es muy buena noticia para países que importan crudo, ya que se ahorrarán miles de millones de euros al caer el coste energético. Actualmente el barril de Brent (la referencia en Europa) cotiza a unos 61 dólares. El precio duplica el de hace tres años, pero está muy lejos de los más de 130 dólares que vimos en plena crisis, y se espera que se mantenga estable en torno a los niveles actuales.

La segunda es que los tipos de interés se mantendrán en unos niveles históricamente bajos, lo que es una ventaja para las familias y empresas endeudadas y permite al Estado financiarse en condiciones ventajosas. Recordemos que España es uno de los países que más se ha beneficiado de las políticas monetarias expansivas de la máxima autoridad monetaria y financiera de la eurozona.

En esta materia tampoco hay grandes cambios a la vida. El Banco Central Europeo (BCE) sigue insistiendo en que mantendrá el precio del dinero en el 0,0% al menos hasta verano, aunque los últimos datos macro podrían llevar al guardián del euro a retrasar la subida de los tipos de interés a finales de año o incluso más tarde, ya que un precio del petróleo moderado impedirá que haya presiones inflacionistas.

Suma y sigue porque otra de las razones que da el economista es que el euro se mantendrá barato frente al dólar, ya que se espera que el banco central de EEUU (la Reserva Federal) continúe subiendo los tipos de interés, ampliando así la brecha con la zona de la moneda común. En la principal potencia mundial el precio del dinero ya ronda el 2,25-2,5%, y este año podrían acabar en torno al 3%.

¿Y qué tiene de bueno el tipo de cambio? Un euro bajo frente al dólar puede ser un revulsivo para las exportaciones de productos europeos, y España se ha convertido en uno de los países que más vende al exterior en los últimos tiempos. Actualmente, el sector exterior supone más de un tercio del PIB.

“Aunque tenemos problemas para dar y tomar que van a poner un palo en la rueda del crecimiento, el contexto de materias primas y tipos de cambio favorecen a Europa”, insiste Pampillón.

Pero aún hay más motivos. Las previsiones apuntan a que América Latina será la única región del mundo que crecerá este año más que el pasado, y es un aliado natural e histórico de España. Somos el vínculo entre ambos lados del Atlántico y nuestras empresas tienen miles de millones de euros invertidos allí.

En este despertar de las tierras latinoamericanas, destacará el papel de Brasil, que acaba de estrenar nuevo Gobierno liderado por Jair Bolsonaro y parece contar con el respaldo de los mercados y los inversores internacionales. Su ministro económico, Paulo Guedes, formado en la Universidad de Chicago, ha anunciado reformas estructuraciones, privatizaciones y bajadas de impuestos, por ejemplo, a las empresas.

Además, también se está reduciendo el clima de tensión entre Bruselas e Italia, después de que el Gobierno aceptara retocar los Presupuestos de 2019 para cumplir con las exigencias comunitarias. “La tercera economía de la eurozona, que está gobernada por unos partidos similares a Podemos y VOX, ha retrotraído sus presupuestos, lo que ha permitido reducir la prima de riesgo. Si en octubre el riesgo país de Italia superaba los 310 puntos básicos, ahora se mueve en torno a los 245 enteros. En España, sin embargo, está por debajo de los 100 puntos básicos”, aclara Pampillón.

Otra de las buenas noticias llega desde China, que lleva años inmersa en un cambio de modelo productivo que está reduciendo su ritmo de crecimiento económico. Si durante décadas el PIB del gigante asiático ha crecido a doble dígito, ahora registra un avance anual de entre el 6% y el 7%. “Esta apertura económica es una oportunidad para empresas de consultoría, ingeniería, asesoría... El país está intentando mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y, aunque se pueden resentir las exportaciones, su situación abre nuevas ventanas”, puntualiza el economista.

Y no podemos acabar la lista sin hablar de Reino Unido, uno de los países que está en boca del mundo. A pesar de que quedan dos meses para que se active de forma oficial el Brexit, está cobrando fuerza la teoría de que se celebre un segundo referéndum sobre la salida del país de la Unión Europea, tal y como ha planteado ya Jeremy Corbyn, el líder de la oposición del Gobierno conservador de Theresa May.

“Sería el mejor escenario posible, mientras que una salida desordenada sería el peor de todos, aunque no creo que se produzca porque sería negativo para todos y a España le afectaría de lleno. ¿Los motivos? Somos el país que recibe más turistas británicos, tenemos unos 250.000 residentes del país y el sector pesquero doméstico podría tener dificultades para faenar en las costas británicas.

En el caso concreto de España, no existen grandes riesgos. Pampillón recuerda que el ‘procés’ catalán no preocupa ya a los inversores internacionales y el Gobierno, con unas políticas más o menos acertadas, ha elaborado unas cuentas públicas que no desagradan a Bruselas.

La peor parte podría venir de la política (hay elecciones europeas en mayo, coincidiendo con las autonómicas y locales en España) y del conflicto comercial que mantienen abierto China y EEUU. Ambos países han intentado acercar posturas en las últimas semanas, aunque de momento siguen lejos de cerrar un acuerdo.

Pero, como concluye Pampillón, “a pesar del contexto, seguimos siendo un país diferente y atractivo para la inversión”.

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