
En el complejo mundo de los impuestos, el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) ocupa un lugar destacado en el panorama fiscal español.
Este tributo, aplicado sobre el valor añadido en cada etapa de producción o distribución, tiene una diversidad de tipos que pueden resultar confusos para muchos contribuyentes. En esta guía exploraremos los diferentes tipos de IVA en España, cuántos existen y las principales diferencias entre ellos.
¿Qué es el IVA?
El IVA es un impuesto indirecto que se aplica a la compra y venta de bienes y servicios. Se calcula como un porcentaje del precio de venta y se agrega al precio final que paga el consumidor.
Este impuesto es una fuente importante de ingresos para el gobierno, ya que recauda en cada etapa del proceso de producción y distribución; desde el momento en el que una empresa compra materias primas o servicios, hasta cuando lo vende a sus clientes.
A pesar de que no deja de ser un impuesto que hay que pagar, toda esta recaudación contribuye a la financiación de servicios públicos esenciales.
¿Cuántos tipos de IVA hay en España?
Te contamos cuáles son los 4 tipos de IVA que hay dependiendo del producto o servicio que grave:
IVA general: impuesto clave en el sistema tributario
El IVA general del 21% es un impuesto indirecto que se caracteriza por su amplia aplicación, ya que se cobra en la mayoría de las etapas de la cadena de producción y distribución.
Esto significa que el impuesto se aplica cuando una empresa compra bienes, los transforma en productos finales y los vende a los consumidores. De esta manera, el IVA general genera ingresos para el gobierno a lo largo de todo el proceso económico.
Algunos ejemplos de productos y servicios que están sujetos al IVA general incluyen:
- Bienes de consumo como electrodomésticos, muebles o ropa
- Servicios profesionales como consultoría, asesoría legal y contable, etc.
- Productos de lujo como joyas, perfumes y artículos de alta gama
- Servicios de entretenimiento como entradas a espectáculos, cine y conciertos
- Artículos electrónicos como teléfonos móviles, ordenadores y televisores, entre otros
IVA reducido, utilizado para aliviar la carga fiscal
El IVA reducido es una modalidad de este impuesto indirecto que se aplica a determinados bienes y servicios con un tipo impositivo más bajo que el IVA general, un 10%. Este tipo reducido de IVA tiene como objetivo aliviar la carga fiscal sobre productos y actividades considerados de primera necesidad o de interés social.
Es una herramienta utilizada por los gobiernos para promover el acceso a bienes y servicios esenciales, así como para incentivar determinadas actividades económicas y sociales. Al gravar estos productos y servicios con un tipo impositivo más bajo, se pretende que el impacto del IVA sobre el precio final sea menor, beneficiando a los consumidores finales. Sin embargo, el IVA reducido también tiene algunas limitaciones, ya que puede generar distorsiones en el mercado y favorecer el consumo de ciertos bienes y servicios en detrimento de otros.
Algunos ejemplos de bienes y servicios que suelen estar sujetos a un IVA reducido son los alimentos básicos, los medicamentos, los libros, los servicios de transporte público, la electricidad y el gas para uso doméstico, entre otros.
IVA superreducido para bienes y servicios esenciales
El IVA superreducido es una categoría especial de este impuesto indirecto que se aplica a ciertos bienes y servicios considerados esenciales para la población. Este tipo impositivo es el más bajo dentro de la escala del IVA (4%).
El IVA superreducido suele aplicarse a bienes como alimentos básicos, productos farmacéuticos, teleasistencia, vehículos destinados a personas de movilidad reducida o ayuda al domicilio, entre otros.
Al gravar estos bienes y servicios con un tipo impositivo muy bajo, se busca garantizar su accesibilidad para todos los ciudadanos, especialmente aquellos con menores recursos económicos.
Este tipo de IVA tiene un impacto directo en el precio final de los productos y servicios, haciendo que sean más asequibles para la población en general. Su aplicación contribuye a mejorar la distribución de la carga fiscal y a proteger el poder adquisitivo de los consumidores en relación con los bienes y servicios considerados esenciales.
Los productos exentos de IVA, ¿cuáles son?
Dentro del sistema del IVA existen ciertos productos y servicios que se consideran "exentos" de este impuesto. Esto significa que, a diferencia de la mayoría de los bienes y servicios, estos productos no están sujetos al pago del IVA en ninguna etapa de su comercialización.
Los productos exentos de IVA suelen ser aquellos que se consideran de primera necesidad o de interés social y cuya exención tiene como objetivo facilitar el acceso de la población a estos bienes y servicios.
Por ejemplo, la prestación de servicios y las entregas del servicio postal universal, servicios de asistencia sanitaria y hospitalización públicos, servicios de asistencia social, servicios educativos; etc. Al estar exentos de IVA, estos servicios no generan un incremento en su precio final debido a este impuesto.
Diferencia entre exento de IVA y no sujeto a IVA
La diferencia entre un producto exento de IVA y no sujeto a IVA radica en su tratamiento fiscal. Los productos exentos están sujetos al impuesto, pero se les aplica un tipo impositivo del 0%, lo que significa que no generan IVA en la transacción.
Por otro lado, los productos no sujetos a IVA están fuera del ámbito de aplicación del impuesto, por lo que no se gravan con el IVA en ninguna etapa de su comercialización.
Un ejemplo podría ser la venta entre particulares de objetos de segunda mano, que no está recogida por la ley.
El IVA en Canarias, Ceuta y Melilla
En España, el IVA se aplica de manera uniforme en casi todo el territorio, con algunas excepciones y particularidades en determinadas comunidades autónomas.
En general, el IVA se rige por la normativa estatal, que establece los tipos impositivos del 21%, 10% y 4% para la mayoría de bienes y servicios. Sin embargo, algunas regiones, tienen cierta capacidad normativa para adaptar o complementar el IVA a sus necesidades y realidades específicas.
Por ejemplo, en Canarias, existe un Impuesto General Indirecto Canario (IGIC) que sustituye al IVA, pero con tipos impositivos más bajos. Por ejemplo, el tipo general del IGIC es del 7%.
En Ceuta y Melilla tampoco se aplica el IVA, sino el Impuesto sobre la Producción, los Servicios y la Importación (IPSI). Se impone en la importación de bienes en Ceuta y Melilla, así como en determinados servicios prestados dentro de estos territorios. Existen diferentes tipos de gravamen o porcentajes del IPSI que varían según la clasificación de los bienes y servicios. Por ejemplo, para la restauración o la energía eléctrica el porcentaje es del 1%; para bienes inmuebles del 4%; para telecomunicaciones y televisión un 8% y para construcciones inmobiliarias el 10%.
El IVA en España y en el resto de Europa
Aunque los tipos de IVA pueden variar y estar sujetos a cambios en cada país de la Unión Europea, esta es una tabla con algunos ejemplos de ese impuesto en otras naciones europeas:
IVA general | IVA reducido | IVA superreducido | |
España | 21% | 10% | 4% |
Alemania | 19% | 7% | - |
Austria | 20% | 13% | 10% |
Francia | 20% | 10% | 5,5% - 2,1% |
Eslovaquia | 20% | 10% | - |
Bélgica | 21% | 12% | 6% |
Lituania | 21% | 9% | 5% |
República Checa | 21% | 15% | 10% |
Italia | 22% | 10% | 5% - 4% |
Portugal | 23% | 13% | 6% |
Finlandia | 24% | 14% | 10% |
Suecia | 25% | 12% | 6% |
Hungría | 27% | 18% | 5% |
Croacia | 25% | 13% | 5% |
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