
Banco Santander está en plena reorganización de su plantilla en Madrid. Si a principios del pasado verano movilizó a 3.000 empleados al megaedificio de 130.000 m2 que heredó de Popular y que está situado en la calle Juan Ignacio Luca de Tena de la capital, ahora está inmerso en una recolocación que afectará a más de 500 empleados, según las fuentes consultadas.
La sede central de Santander España se mantendrá en Luca de Tena, aunque contará con otros dos cuarteles generales: el tecnológico y el digital. Con este nuevo reparto entre los tres edificios, que estaban en manos de Popular, Santander España busca reducir costes operativos y aumentar la eficiencia.
Unos 400 trabajadores se han trasladado ya a un complejo situado en los números 34-36 de la calle Josefa Valcárcel, con unos 20.000 m2 de superficie y que durante cuatro décadas fue la sede de Coca-Cola en España. La multinacional de los refrescos vendió el edificio en 2007 a la promotora Sotohenar y ésta se lo traspasó después a Popular. Actualmente está siendo reformado, ya que tiene más de medio siglo de antigüedad, e irá incorporando a más trabajadores a medida que avancen las obras.
El movimiento del banco coincide con el que ha provocado la venta del complejo de oficinas que tenía en la calle Mesena a la constructora Acciona. Formado por siete edificios y con una superficie de más de 100.000 m2, el complejo fue en su día el cuartel general de Banesto y la sede de Santander España hasta que se produjo el cambio a Luca de Tena. Sin embargo, en este edificio se quedaron unos 200-300 empleados, muchos de ellos del área informática, que también se han mudado recientemente.
La mayor parte de ellos se han trasladado al Edificio Abelias, un inmueble de unos 55.000 m2 distribuidos en seis plantas que fue el centro de procesamiento de datos de Popular. El inmueble acoge actualmente a unos 1.500 empleados, se encuentra en Campo de las Naciones (en el distrito de Hortaleza) y fue diseñado por el estudio de arquitectura Ayala.
Los movimientos coinciden con la nueva hoja de ruta que se ha marcado el grupo liderado por Ana Botín, que ha anunciado una inversión de 20.000 millones de euros en transformación digital y tecnología en los próximos cuatro años, con el fin de mejorar la experiencia del cliente, aumentar su vinculación y reducir costes.
Volviendo al área inmobiliaria, la entidad está en plenas negociaciones para recuperar el control de la Ciudad Financiera que tiene en Boadilla del Monte (Madrid), desde donde controla su negocio internacional. Para ello, ha ejercido su derecho de tanteo para evitar que su sede (cuya transacción podría alcanzar un importe de 3.000 millones de euros) acabe en manos de los hermanos británicos Reuben.
Dicho complejo está en venta porque su dueño, Marme Inversiones, se declaró en concurso de acreedores en 2014 al no poder hacer frente a la deuda que contrajo para comprar la Ciudad Financiera y ahora debe vender en el marco de su proceso de liquidación.
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