Entrevista con Luis Mateo, director general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Materiales Aislantes (Andimat)
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Luis Mateo, director general de Andimat idealista/news

Con la llegada de los Fondos Next Generation, se prevé la rehabilitación de 500.000 viviendas en los próximos años. Un importante reto para un sector que está preparado, según Luis Mateo, director general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Materiales Aislantes (Andimat). Sin embargo, también afirma su preocupación por la falta de mano de obra especializada para hacer frente al volumen de trabajo que se avecina y pide a las Administraciones mayor implicación en la gestión y control de las ayudas.

Aislar más, mejor y lo antes posible es el lema de Andimat, ¿cómo ha evolucionado el sector del aislamiento en los años más duros de la pandemia?

Con el confinamiento, los ciudadanos se han dado cuenta de que sus viviendas no eran tan confortables como pensaban, tanto desde un punto de vista térmico (asociado al confort y bienestar) como acústico. Hemos pasado meses encerrados en nuestras casas las 24 horas y hemos adquirido conciencia de las deficiencias de nuestros hogares.

Una gran parte de nuestro parque residencial es anterior a la primera normativa que exigía aislar las viviendas: la NBE-CT-79, que estableció las primeras medidas encaminadas a generalizar los materiales aislantes en las fachadas, cubiertas y ventanas de calidad de los bloques residenciales para evitar la pérdida de energía a través de la envolvente.

A causa de la pandemia, el ciudadano se ha vuelto más exigente, al ser consciente de la necesidad de rehabilitar su vivienda o el edificio en el que reside, como se ha puesto de manifiesto con el boom del sector de la rehabilitación y reformas.

Con la llegada de los Fondos Next Generation, se prevé la rehabilitación de medio millón de viviendas en los próximos tres años, ¿está el sector de la construcción suficientemente preparado para absorber este número de actuaciones o pueden producirse cuellos de botella?

El sector está preparado, pero, como coinciden todos los agentes, es posible que falten profesionales cualificados para tantos edificios y viviendas que se quieren rehabilitar. El Plan de Rehabilitación del Gobierno es ambicioso, y las empresas están suficientemente preparadas para afrontar este desafío; solo queda que las Administraciones Públicas ayuden a mejorar la competitividad de las empresas y pongan todos los recursos para que la renovación del parque residencial sea un éxito.

Por lo que respecta a nuestro sector, el de los fabricantes de materiales aislantes, las compañías y organizaciones que forman parte de Andimat han hecho los deberes. Participaremos con el resto de los agentes de los distintos programas que se pondrán en marcha, como los referentes a la economía circular, y que están previsto en el plan de los fondos Next Generation.

La mayor dificultad puede venir de otros factores sobre los que no tenemos mucho margen de actuación: el encarecimiento de las materias primas y dificultades de suministro, los altos costes del transporte internacional y el incremento sostenido de los precios de la energía, a lo que ahora debemos sumar la enorme incertidumbre creada a nivel global por la terrible guerra en Ucrania.

De no poder justificar los ahorros energéticos conseguidos con la rehabilitación de edificios como exige Europa, ¿qué ocurrirá con el destino de los fondos europeos?

Esperemos que esto no suceda porque nos jugamos mucho con Europa y, lo que es más importante, con el medio ambiente. No hay que olvidar que este Plan contempla rehabilitaciones integrales de edificios con criterios de eficiencia energética, y no renovaciones parciales, por lo que las actuaciones tienen que ir destinadas a mejorar la habitabilidad, el confort, la eficiencia energética y la salud de nuestros edificios.

De no lograrse alcanzar los objetivos de ahorro energético, Bruselas nos podría cortar el grifo de las ayudas en los próximos años. Es un momento histórico para rehabilitar ya que existen ayudas de hasta un 80% sin la necesidad de tener que declararlas a lo que se unen las deducciones fiscales aprobadas.

Por ello, desde Andimat venimos solicitando a la Administración Central y a las CCAA que implementen controles en las obras de rehabilitación para garantizar el cumplimiento de los requisitos técnicos de las ayudas, de manera que el usuario tenga como garantía que su decisión de rehabilitar y la inversión consiguiente han merecido la pena. Lo peor que puede suceder es que los ciudadanos pierdan la confianza en las ayudas y los fondos no se ejecuten.

¿Temen que la falta de profesionales cualificados de lugar a un trasvase de obreros de la construcción a la rehabilitación sin la experiencia suficiente en renovar edificios con criterios de eficiencia energética?

Se ha hablado mucho de ello, pero en las cuestiones que a nuestro sector nos ocupa, el aislamiento, no existen diferencias significativas a la hora de acometer este tipo de actuación en un edificio antiguo y nuevo.

Esto es, los materiales o productos aislantes se aplican de forma parecida en obra nueva y rehabilitada, aunque obviamente siempre sea más sencilla su aplicación en el primer caso y haya que tomar las medidas necesarias en el caso de las rehabilitaciones.

En consecuencia, no tememos que el trasvase de obreros desde el sector de la construcción a la rehabilitación plantee serios problemas en la ejecución de los trabajos. Si bien es cierto que desde Andimat siempre hemos apostado por una formación específica para instaladores de aislamiento por tratarse de la primera acción que debe realizarse para abordar con éxito la reducción de la demanda energética de un edificio.

¿Es el aislamiento la medida más eficaz para conseguir una mayor eficiencia energética, y por lo tanto, conseguir más ayudas?

No tanto para conseguir una mayor eficiencia, porque ello dependerá de un conjunto de acciones, pero sí para reducir la demanda de energía. Si bien es cierto que es muy necesaria la descarbonización del parque residencial, siempre hay que vincularlo al concepto de “energy efficiency first” (es decir, lo primero, la eficiencia energética).

Apostamos por rehabilitaciones integrales: aislamiento, equipos/sistemas y energías renovables. Todos somos importantes y, si sumamos, podemos alcanzar cifras de ahorro energético y de disminución de emisiones espectaculares. En el fondo es lo que pretende el Real Decreto de las ayudas a la rehabilitación.

Pero no debemos empezar la casa por el tejado, lo primero y fundamental es reducir las necesidades energéticas del edificio (reducir su demanda de energía) y, para ello, un correcto aislamiento térmico es imbatible. Esto permite que los nuevos equipos y sistemas y las energías renovables que se incorporan a continuación tengan su máxima eficacia.

Lamentablemente, el Real Decreto por el que se aprueban las ayudas destinadas a la rehabilitación no vincula la limitación de la demanda energética a los criterios de acceso a estas subvenciones, aunque en determinadas zonas climáticas es un elemento imprescindible para acceder a las mismas

¿Cuáles son las principales inquietudes de Andimat referentes al plan de rehabilitación y cómo se podrían subsanar?

Nos preocupa sobre todo que las actuaciones de rehabilitación se ejecuten correctamente, y que se aprovechen las ayudas para renovar de manera eficiente y eficaz los edificios. Y, como ya he comentado, que lo anterior pudiera provocar que no haya demanda por parte de los usuarios por desconfianza.

Por eso, desde Andimat entendemos que deben habilitarse mecanismos de control para corroborar que las obras se ejecutan correctamente. Debería de existir una tercera parte independiente y la mejor herramienta de control es la obligatoriedad del Seguro Trienal que la LOE dejó pendiente, y que ahora solo tiene carácter voluntario.

También preocupa que parte de las ayudas se dediquen a actuaciones que poco tienen que ver con la eficiencia energética y que no se implementen campañas de comunicación y sensibilización para impulsar la rehabilitación. Confiamos en que las Administraciones sean ágiles en la resolución de los expedientes y las ayudas lleguen rápido a los destinatarios.

El aislamiento es considerado la segunda piel del edificio, ¿por qué es importante aislar antes el edificio que incorporar nuevas tecnologías (renovación de equipos, instalación de placas fotovoltaicas, incorporación de aerotermia…)?

Pongamos un ejemplo; de qué sirve poner domótica en la vivienda para controlar los consumos si luego la fachada o la cubierta no están bien aisladas y se pierde por ellas esta energía. Pues lo mismo ocurre con la rehabilitación, tenemos que conseguir que los andamios escalen por las fachadas para luego incorporar las tecnologías más punteras de ahorro de energía. Tienen que ser actuaciones conjuntas y escalables.

¿Cuál es el papel del aislamiento en la economía circular? ¿Se pueden reciclar los productos aislantes?

En general los materiales aislantes se reciclan casi totalmente consiguiendo importantes reducciones en emisiones de CO2. En consecuencia, estos productos 100% reciclables sirven de impulso para la economía circular, ya que cuando finaliza su vida útil vuelven a ser aprovechados en otros procesos productivos e industrias.

Pero cuando hablamos de economía circular, sostenibilidad, ciclo de carbono, etc., no debemos olvidar lo más importante: estamos hablando de un edificio, que posiblemente esté operativo durante 50 años o más, por lo que esos criterios deben aplicarse a toda su vida útil (ciclo de vida completo).

Aquí el aislamiento vuelve a ser imbatible: su vida útil se estima en 50 años en los que está constantemente ahorrando energía y disminuyendo emisiones contaminantes, no necesita mantenimiento y no hay que cambiarlo/reponerlo cada cierto tiempo. Todos los materiales de construcción tienen un impacto ambiental en su fabricación, transporte e instalación, pero el aislamiento a lo largo de esos 50 años revierte ese impacto en casi 100 veces.

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