
Países Bajos vuelve a probar una ley que no ha funcionado bien en otros países vecinos: la limitación de los alquileres. En Holanda, la fuerte escasez de vivienda ha llevado al Gobierno a anunciar límites en más de 300.000 alquileres para hacer su acceso más asequible a las rentas medias ante unos precios que se han disparado por la falta de oferta. La medida entrará en vigor en 2024 y topará la renta mensual a un máximo de 1.000 euros.
El inmobiliario holandés empezó a tensarse en 2020 debido al aumento de la actividad de los inversores y a la escasa oferta, con una obra nueva prácticamente inexistente. En 2021, la situación fue a más y este año el Gobierno ha decidido intervenir el mercado y extender los controles que actualmente se aplican a las rentas de vivienda social a esas viviendas que consideran tensionadas.
Las dificultades para las rentas medias para hacer frente al aumento de los alquileres se ha convertido en una prioridad para el Gobierno, que también hará obligatorio el sistema de tasación, es decir, que los propietarios que no cumplan con las rentas máximas podrían ser multados.
A esto se suma la intención de las empresas e inversores institucionales, que quieren construir 100.000 viviendas para 2030 para aliviar al sector y a las personas con ingresos medios.
Un estudio de la OCDE sitúa a Holanda como el país europeo con mayor número de viviendas de alquiler social. El gobierno espera que para 2024 más del 90% de las propiedades de alquiler social en los Países Bajos se alquilen por menos de 1.000 euros.
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