Mantener los objetos más valiosos a salvo del ladrón es posible con el alquiler de una caja de seguridad. Un servicio del que la banca se retira para dar paso a otros operadores privados: así funcionan
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Caja fuerte
Foto de Jason Dent en Unsplash

Proteger aquello que más valoras es el objetivo del alquiler de cajas de seguridad. Joyas, documentos u objetos de especial valor, tienen en sus manos mayores garantías de futuro, un negocio en el que nuevas empresas sustituyen el tradicional papel de la banca. El precio para dormir tranquilo oscila de los 280 a 365 euros al año para las cajas más pequeñas en Barcelona y Madrid.

Hace pocos meses la cantante María del Monte contaba entre lágrimas un robo en su hogar. No es la única celebridad en recibir la indeseada visita: el diseñador Francis Montesinos, futbolistas como Kluivert o Rodrygo Goes, este último en un entorno tan protegido como el de La Moraleja, o el ya más lejano atraco al productor José Luis Moreno, nos recuerdan la vulnerabilidad de nuestros domicilios. 

Pero otros muchos sucesos no son tan mediáticos. Un total de 63.799 viviendas fueron el escenario de un robo con fuerza en el tercer trimestre de 2023, según datos del Ministerio de Interior que invitan a tomar medidas.

Una de las más clásicas es el alquiler de una caja de seguridad. Práctica habitual para muchas familias españolas en los pasados años 80 y 90, pero que ahora parece en retroceso. Al menos, a juzgar por los comentarios que llegan desde la banca. 

La banca en retirada

Fuentes del Banco Santander hablan de una actividad en retroceso. Desde el Banco Sabadell se confirma que es un servicio “ofrecido de forma reactiva, no se fomenta, cada vez hay menos oficinas que prestan el servicio”. Como justificación en ambos casos se habla de un cliente de elevada edad y alto poder adquisitivo, pero lo cierto es que la oferta sigue en las webs de bancos como BBVA, CaixaBank o Ibercaja, si bien son servicios con muy escasa visibilidad especialmente dirigidos a clientes.  

Nuevos operadores

Y frente al repliegue de la banca, avanzan nuevos operadores, de modo especial en las grandes ciudades. Es el caso de Grupo Inviam, “fundada en 2013 es la primera empresa en España en prestar el servicio de alquiler de cajas de seguridad desvinculado de las entidades financieras”, explica David Sacristán, su CEO. En Barcelona Vault Solution se presenta como “la principal empresa de alquiler de cajas de seguridad, fuera del sistema bancario ubicada en Barcelona”, según explica Antea Domínguez responsable de Márketing. Y ambos nos explican su funcionamiento.

Su principal hándicap es ganar la confianza de un cliente al que se ofrecen a guardar sus bienes más preciados, y su mejor argumento, garantizar la invulnerabilidad de las instalaciones. Vigilante de seguridad para el acceso con protocolos de identificación biométricos, además de otros sistemas de confrontación, garantizan que solo tenga acceso la persona autorizada. Todo reforzado en el interior con el sistema de cámara acorazada y videovigilancia conectada 24/7, entre otras medidas.

Otro argumento para convencer a sus clientes es la flexibilidad del servicio. Para optar a su contratación no hay que cumplir condiciones como ser previamente cliente, además se ofrece un mayor horario comercial de apertura y unas tarifas que se anuncian como transparentes, sin sorpresas en comisiones como las de titular adicional o por cada apertura, que sí se cobran en algunos servicios bancarios.  

¿Quién solicita el servicio y qué guarda?

En ambos casos se habla de un perfil muy variado. Sacristán precisa “desde gente de muy alto poder adquisitivo hasta cualquier ciudadano, empresario, profesional y particular”. Se trata también de un servicio solicitado por empresas.

El Banco de España no exige la declaración del contenido guardado, limitan su prohibición a “productos peligrosos y prohibidos”. Esta obligada confidencialidad, clave para este negocio, impide responder a la pregunta sobre qué se custodia. Hecha la salvedad, se da por supuesto que se trata mayormente de joyas, documentos y otros pequeños objetos de gran valor monetario, a veces también sentimental.

Con todo, Sacristán explica que “los clientes son responsables de sus objetos y de cumplir con la legalidad española. Pueden guardar todos aquellos que consideren oportunos y sean de lícito comercio, siempre que no sean perjudiciales para la salud o las instalaciones. Si la empresa sospecha o conoce un uso indebido de la caja, automáticamente se pondría fin al contrato”.

Qué debes saber sobre el alquiler de caja de seguridad

Pero ¿cuánto cuesta contratar este servicio?, ¿qué ocurre si el titular fallece? y ¿si se produce un incendio?... Ambas empresas responden a las dudas de idealista/news.

¿Cómo son las cajas y cuánto cuestan?

El madrileño Grupo Inviam cuenta con cajas de tres tamaños que se pueden alquilar por periodos de una semana a un año. A continuación, se describen tamaños y precios (incluido IVA) actuales:

  • Caja S de 10 cm de alto, 30 cm de ancho y 50 cm de profundidad: 365 euros/año
  • Caja M de 20x30x50 cm: 700 euros al año
  • Caja L de 30x30x50 cm: 1.000 euros al año

La contratación incluye un seguro por 25.000 euros, que se puede ampliar si el cliente así lo quiere.

En el caso del barcelonés Vault Solution, los tamaños y precios que actualmente figuran en su web para alquileres de 12 meses son:

  • Caja pequeña de 10x22x425 cm: 280 euros/año
  • Caja Mediana de 23x22,5x42,4 cm: 480 euros/año
  • Caja Grande de 49x22,5x42,4 cm:  775 euros/año

La tarifa incluye una cobertura de seguro hasta 20.000 € con posibilidad de ampliación en caso de ser necesario.

¿Hay algún tipo de fianza?

Lo habitual es que se pida una fianza a la entrega de la llave de la caja de seguridad, que se reintegra a la finalización del contrato. El importe en Inviam es de 300 euros y en Vault Solution es de 250 euros.

¿Hay otros costes o comisiones?

Ambas empresas no exigen ningún pago extra por apertura de caja. En cuanto a sobrecostes por el número de titulares del servicio, Domínguez explica que “no existen por titulares adicionales, podrán tener acceso las personas que el titular incluya en su contrato”. En el caso de Inviam “por cada caja puede haber un total de cinco autorizados, incluyendo uno o dos titulares, incluso contratos a nombre de persona jurídica”.

¿Qué ocurre en caso de fallecimiento del titular?

“Cuando la causa de extinción del arrendamiento sea la muerte del titular”, explica Domínguez, “la caja podrá ser abierta por los herederos del titular fallecido en presencia de un notario público, del empleado autorizado de la oficina y de los cotitulares de la caja en su caso. El notario dejará constancia del acto de apertura de la caja, de la identificación y legitimidad de los personados según la documentación requerida en cada caso”. Es necesario que previamente los herederos aporten un certificado de defunción.

¿Qué ocurre en caso de robo?

La respuesta de Sacristán es válida para ambos casos: “En el improbable caso de que sucediese, el seguro directamente indemnizaría a cada titular de la caja por el importe asegurado vigente”.

¿Qué ocurre en caso de incendio?

Un supuesto en el que se procedería del mismo modo, como explica Domínguez: “La cámara acorazada es ignífuga, pero, en cualquier caso, al no ser obligatorio revelar el contenido de la caja, el seguro actuaría abonando el importe asegurado al contratar la caja”. 

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