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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, desvelará hoy quiénes van a formar parte del Ejecutivo en esta legislatura que empieza. Una legislatura que llega con el respaldo de los empresarios y con algún que otro reto pendiente para impulsar el crecimiento y la creación de empleo.

Según la encuesta que ha realizado la consultora Adecco, nueve de cada 10 directos de Recursos Humanos, presidentes, directores generales y empresarios españoles aplauden la llegada de un Gobierno con capacidad para tomar decisiones, independientemente de su ideología política. Y es que la mayoría cree que su puesta en marcha conseguirá apuntalar la recuperación y crear más puestos de trabajo.

“Es perfectamente entendible lo que manifiestan. Un país no puede avanzar con normalidad con un Ejecutivo en funciones pues es necesario tomar decisiones, aprobar presupuestos, asumir responsabilidades y dar credibilidad y confianza a inversores, empresarios y ciudadanos para garantizar un modelo de crecimiento económico acorde con el estado de bienestar que todos queremos y defendemos”, sostiene Santiago Soler, secretario general de Adecco.

En concreto, el 75% cree que el fin de la parálisis política está convencido de que será un impulso para la economía, mientras que el 63% sostiene que se creará más empleo. Al menos, el 43% de los encuestados asegura que ampliará plantilla ahora que ya se ha despejado la incertidumbre.

Ahora bien, no todas las opiniones son tan optimistas: uno de cada cinco encuestados cree que la actividad gubernamental no conseguirá ninguno de esos dos objetivos, mientras que uno de cada 10 desvincula la formación del Gobierno a la capacidad de cumplir sendas metas.

En este sentido, la mayoría de los encuestados también cree que para crecer y crear puestos de trabajo es necesario llevar a cabo planes específicos, principalmente en materia laboral.

“La mera formación de un Ejecutivo no es garantía, ni deja de serlo, de creación de empleo. Son las medidas que ese Gobierno ponga en marcha en materia laboral, tributaria, social, de estímulo económico… las que ayudarán a crear o destruir puestos de trabajo en los meses venideros”, sostiene Soler. Así, el 55% de los encuestados cree que se deberían llevar a cabo cambios en la reforma laboral que entró en vigor en 2012.

La clave está en la flexibilidad

“A pesar de la recuperación económica, seguimos observando problemas muy importantes. Las empresas van a seguir necesitando dosis extra de flexibilidad y éste es un reto para el próximo Gobierno, que debe hacer políticas de empleo más simples, directas y eficientes de las que ha habido hasta la fecha. El estamento político debe tomar nota de que las empresas demandan una regulación estable. Lo que deben hacer los partidos es empezar a llegar a acuerdos cuanto antes para ayudar a las empresas y a los parados y a mejorar las condiciones de los trabajadores. Deben fomentar nuevas políticas que se adapten al nuevo entorno, por lo que es necesario adaptar el entramado legislativo existente al escenario actual”, aseguró el secretario general de la consultora en unas jornadas celebradas este verano.

Y sus argumentos coinciden con los del mundo empresarial. Desde el Círculo de Empresarios de Galicia, por ejemplo, apuestan por aplicar cambios en la normativa encaminados, por un lado, a garantizar la seguridad de los trabajadores y, por otro, a no entorpecer el funcionamiento ágil y flexible de las empresas. En su opinión, la reforma debe apoyarse en tres pilares fundamentales: negociación colectiva, despido y estabilidad en el empleo.

“Paliar la rigidez del actual modelo de negociación colectiva, que resta competitividad e incluso compromete la viabilidad de las empresas, debe ser un objetivo básico e irrenunciable de la reforma”, asegura un documento publicado por el organismo. En su apuesta también están la creación de fondos individualizados como complemento de la futura pensión y la inversión en formación para luchar contra la temporalidad.

Desde la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) también reconocen que “las reformas laborales no han tenido éxito en atajar la dualidad en el mercado laboral. El empleo con contratos indefinidos descendió durante el tercer trimestre, mientras que el empleo temporal y los contratos de muy corta duración aumentan de forma imparable. Todo ello repercute directamente sobre la desigual distribución de la renta y contribuye al estancamiento de la productividad”, opina Raymond Torres, director de coyuntura y estadística de Funcas. En su opinión, el empleo seguirá siendo uno de los grandes males de España en lo que queda de década.

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