Una de las soluciones que buscan quienes están atravesando una mala racha económica es cambiar las condiciones de la hipoteca para poder reducir la cuota y, así, pagar menos cada mes. Esta operación se puede hacer renegociando con el mismo banco, lo que se denomina novación; o bien, llevándose el préstamo a otra entidad, que sería una subrogación. En cualquier caso, es necesario ampliar el plazo de la hipoteca, lo que a la larga supone pagar más intereses, y suele conllevar un coste de hasta un 1% del capital pendiente de pago.