
Tras años de caída de las ventas de vivienda residencial, Singapur, una ciudad estado afectada por años de burbuja inmobiliaria, ha comenzado a experimentar una recuperación gracias al fortalecimiento de las compras por parte de la población local y el desplazamiento de la demanda especuladora extranjera, que ocasionó una espectacular burbuja.
La pequeña ciudad estado, con una oferta inmobiliaria constreñida por el reducido territorio, pero con un sólido crecimiento económico, se había convertido en un destino de la inversión especulativa de vecinos como China o Malasia, afectando el acceso a la vivienda de la población local.
Las medidas fiscales diseñadas para enfriar un mercado inmobiliario disparado desde 2009, entre ellas el conocido como Additional Buyers Stamp Duty (ABSD), llevaron a que los precios de la vivienda hayan experimentado continuas caídas desde 2013, un período a la baja histórico al que ahora se ha puesto fin en la primera mitad de este año.
Los resultados: ahora el 72% de los compradores son ciudadanos de Singapur, mientras que un 15% son residente permanentes y solo un 6% son extranjeros, especialmente chinos, mientras que en 2011 las compras extranjeras de vivienda residencial llegaron a aproximarse al 18%.
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