Irina Parkhomenko es fundadora de Uniko Real Estate, una agencia inmobiliaria especializada de lujo alta en Barcelona.
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Irina, la agente inmobiliaria ucraniana afincada en Barcelona que ayuda a exiliados de la guerra
Irina Parkhomenko es fundadora de Uniko Real Estate

Irina Parkhomenko es fundadora de Uniko Real Estate, una agencia inmobiliaria especializada en inversión y producto residencial de gama alta en Barcelona. Parkhomenko también es una ucraniana viviendo en Barcelona y viendo desde la barrera cómo su pueblo lucha. La directiva lleva en España desde 1997 pero en Ucrania tiene a gran parte de su familia, que en estos momentos se encuentra huyendo del conflicto o luchando contra Rusia. Para Parkhomenko, el inmobiliario sufrirá este conflicto de una manera ligera, si bien no se librará de que las sanciones impuestas a Rusia le afecten. Desde su agencia están ayudando a un gran número de ucranianos a encontrar vivienda en Barcelona, y destaca que el principal perfil son niños y mujeres que pueden permitirse viajar hasta España para estar a salvo.

Operáis en Barcelona como agencia inmobiliaria. ¿Cuál es vuestra especialidad?

Uniko Real Estate está ubicada en la zona alta de la capital catalana, por encima de la Diagonal, y estamos especializados en inversión y residencial en Barcelona y Baleares. Nuestro perfil de cliente es nacional e internacional, interesados en propiedades residenciales o comerciales.

Vienen tiempos convulsos para la economía en general. ¿Cómo cree que afectará a vuestro día a día el conflicto?

Seguro que subirán los tipos de interés, por lo que la inversión disminuirá. La incertidumbre que se está creando en estos momentos es muy mala para la inversión. Y no porque sean rusos o ucranianos que inviertan en España, sino porque este negocio no entiende de nacionalidades, es algo generalizado. Las sanciones que impongan a Rusia tendrán un impacto generalizado y pausará el crecimiento económico en los países occidentales.

¿Cree que este bloqueo es una buena opción en cuanto a la economía mundial?

Por supuesto que no, pero no hay otra opción. Como no pueden tomar parte de esta guerra, ya que se desataría una Tercera Guerra Mundial, lo único que pueden hacer es asfixiar económicamente a Rusia. Esperando que esto sirva para que pare el conflicto.

Entre sus clientes se encuentran los de nacionalidad rusa. En un momento normal y sin conflicto bélico ¿Cuáles son las principales ventajas de trabajar con este tipo de cliente?

Trabajamos mucho con rusos, pero antes de la devaluación del rublo más. A partir de ese momento, al menos en Barcelona, la inversión rusa se frenó drásticamente y empezamos a trabajar con otras nacionalidades. Es un perfil a tener en cuenta, pero no es ni de lejos de los principales. He hablado con otros compañeros del sector y opinan lo mismo, que no será un problema de cara a futuro en cuanto a inversión inmobiliaria. En cuanto a los rasgos del cliente ruso, es muy similar a cualquier inversor, si bien suele comprar sin financiación.

¿Y el ucraniano?

El ucraniano nunca ha sido un cliente a tener en cuenta en el negocio de la inversión inmobiliaria, si bien ahora Barcelona se está convirtiendo en el destino del ucraniano de nivel adquisitivo alto. Aquí llegarán ucranianos que invertirán, pero no será una estampida.

¿Cree que a raíz del conflicto habrá una oleada de desinversión inmobiliaria por parte de rusos en España?

No, creo que será todo lo contrario. Pero para mantener el patrimonio deben poder operar económicamente con España. A medio plazo podrán mantener sus inversiones en el extranjero, a largo no lo sabemos.

En pleno conflicto, ¿cuáles son los principales problemas a los que están haciendo frente?

Tenemos clientes rusos con los que hemos contactado para saber en qué situación están, cómo podemos ayudar con la gestión de sus propiedades, ya que muchos no podrán venir y tendrán dificultad para transferir dinero aquí… Y ellos de la misma manera con nosotros, ya que nos hacen llegar sus ánimos preguntándome cada día por mi familia. Soy ucraniana y, a nivel humano, los civiles no somos parte de este conflicto. Todo lo contrario, hay una hermandad total.

No obstante, imagino que el escenario es completamente distinto cuando lo estás viviendo en primera persona, a pie de guerra. Yo nunca he conocido a ningún radical dentro de Ucrania y todo mi entorno habla ruso. Éramos dos pueblos hermanos. Pero estar viviendo allí y viendo cómo están destruyendo tus casas hace que la opinión haya ido cambiando.

¿Ha habido un aumento de la demanda de alquiler por parte de rusos y ucranianos en Barcelona?

Sí. El perfil de las personas que demandan alquiler en Barcelona son mujeres ucranianas con hijos y de clase alta. Son personas con posibilidades económicas y que pueden alquilar una vivienda de entre 2.000 euros y 10.000 euros al mes, aunque somos conscientes de que son casos muy concretos.

A parte de esa ayuda más profesional, también entra en juego las peticiones más personales de familiares y amigos, que me están pidiendo ayuda para gestionar su aterrizaje en Barcelona para protegerse de la guerra. Ahora mismo buscamos lo que nos pidan con tal de ayudar.

¿Y el perfil es siempre el mismo?

Sí, mujeres con niños, ya que los hombres de entre 18 y 60 años tienen prohibido salir. Mi hermano no ha podido salir y está en el frente luchando, aunque él ha ido de voluntario. Quieras o no, es obligatorio. Te paran en la frontera y no te dejan pasar: te dan la ropa militar y te dan un destino. Mi familia está en Odesa y mi hermano, al tener carné de conducir, puede ayudar llevando a niños y mujeres a la frontera.

Sabe que le pueden matar, pero la gente no ve otra solución. Esta guerra ha hecho al ucraniano mucho más patriota.

Mi hermana, que está aquí conmigo porque ella sí que ha podido salir, me explicaba el otro día que ha registrado un nuevo sentimiento, y es el de no tener casa. Yo le digo que su casa está aquí ahora, pero ella me dice que no lo podemos entender. Todo lo que han conocido hasta ahora está siendo destruido y tienen muy presente que ya nada va a volver a ser como lo era antes. Es muy duro.

¿Cómo cree que afectará al sector inmobiliario esta guerra?

Con toda la crisis de logística, la inflación subiendo a niveles insospechados y los tipos de interés también creciendo, el inmobiliario sufrirá, obviamente. Pero ahora mismo, para como está la situación en todo el mundo, la situación que tenemos es buena.

¿Y cómo puede ayudar el inmobiliario en este conflicto?

Nosotros, por ejemplo, no estamos cobrando los gastos de la agencia a las personas que necesitan vivienda y refugio. En general la gente se ha solidarizado mucho. Tengo muchos clientes, tanto pequeños inversores como grandes tenedores, que como saben que yo soy ucraniana, nos han ofrecido sus pisos para acoger a las personas que nosotros creamos que lo pueden necesitar.

Está en contacto directo con el pueblo ucraniano. ¿Creé que el fin de este conflicto está cercano o se alargará en el tiempo?

Yo creo que es algo que va para largo. Me encantaría poder decir que se arreglará rápido y por la vía diplomática, pero no creo que vaya a ser así. La resistencia está siendo muy fuerte y lo que están exigiendo es inaceptable por parte de Ucrania y del resto del mundo, por lo que hasta que no pacten habrá fuego.

Entre la población ucraniana residente en España, ¿cómo se está organizando el alojamiento de refugiados de la guerra?

Hay varias organizaciones que recogen ayuda humanitaria y desde el consulado de Ucrania se están llevando a cabo muchas acciones para abastecer a los civiles de elementos de primera necesidad. También han abierto espacios como refugios para acoger a ucranianos exiliados.

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