El indicador registra una media mensual provisional del -0,484%, frente al -0,481% de mayo
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El euríbor a 12 meses, el indicador de referencia para la mayoría de las hipotecas en España, ha hecho un alto en el camino en la tendencia al alza de los últimos cuatro meses y ha terminado el sexto mes del año a la baja.

La media mensual provisional de junio se sitúa en el -0,484%, frente al -0,481% de mayo, y vuelve al nivel en el que se encontraba en abril. 

El giro alcista del euríbor empezó en febrero, coincidiendo con el sexto aniversario de su entrada en terreno negativo y tras haber firmado ocho meses consecutivos de descensos y seis de ellos en mínimos históricos. Y el freno de esta tendencia trae buenas noticias para los hipotecados, ya que todos aquellos que tengan la revisión de la hipoteca referenciada al euríbor a 12 meses en los meses de junio se beneficiarán de una rebaja en la cuota mensual. Por ejemplo, para un préstamo medio de 120.000 euros a 20 años y a un tipo de interés de euríbor + 1%, el ahorro será de unos 17 euros al mes y de más de 200 euros al año. 

La estabilidad se impone a corto plazo

Más allá de las leves caídas o subidas que pueda experimentar el indicador en los próximos meses, los expertos prevén que la estabilidad sea la tónica general, gracias a que no se esperan grandes cambios a corto plazo en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE).

Recordemos que de momento el euríbor lleva en terreno negativo desde febrero de 2016, gracias a las medidas que ha puesto en marcha la máxima autoridad monetaria y financiera de la zona con el fin de impulsar la economía de la eurozona y los precios.

Los tipos de interés en la zona de la moneda común se encuentran en los mínimos históricos del 0,0% desde hace cinco años, mientras que la tasa de depósito (que es el interés que cobra el BCE a los bancos por depositar su excedente de liquidez en las arcas del guardián del euro) sigue en terreno negativo. El guardián del euro también está comprando deuda en el mercado, y todo apunta a que en los próximos meses no habrá grandes cambios en política monetaria con la crisis del covid-19 como telón de fondo.

En general, el mercado no espera movimientos en el precio del dinero al menos hasta el último trimestre del año, aunque mantiene los ojos puestos en la inflación, que está subiendo en los últimos meses. El objetivo del BCE es mantener la subida de los precios ligeramente por debajo del 2%, y si después de la pandemia la inflación se encuentra por encima de dichos niveles, el organismo liderado por Christine Lagarde se podría ver obligado a subir los tipos de interés para intentar contenerla. Esta medida provocaría un repunte del euríbor, y la consecuente subida de las hipotecas variables que están referenciadas a este índice.

Si no hay sorpresas, el euríbor debería mantenerse en negativo al menos durante los próximos dos años, e incluso no se descarta que pueda permanecer por debajo del 0% en lo que queda de década si, por ejemplo, la economía de la zona de la moneda común se estanca. En tal caso, el BCE podria verse obligado a mantener el precio del dinero en el 0,0% y, por ende, que el euríbor se quedara congelado en terreno negativo. 

En los últimos meses, y pese a que el indicador ha subido de forma mínima, se ha producido un nuevo impulso de las hipotecas fijas, cuya contratación ha marcado máximos históricos en primavera. Los últimos datos del INE apuntan a que más del 58% de los préstamos para la compra de vivienda registrados en abril eran a tipo fijo. Toda una señal de que los consumidores quieren protegerse de los futuros vaivenes del euríbor y buscan la tranquilidad de pagar la misma cantidad desde la primera hasta la última cuota. 

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