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Joan Groizard, director general del IDAE: "España será líder europeo en autoconsumo en poco tiempo"
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En las mesas ministeriales se han agolpado en los últimos meses documentos normativos (Código Técnico de la Edificación, Reglamento de Instalaciones Térmicas de Edificios), líneas de ayudas (Programa de Rehabilitación Energética de Edificios, Moves, etc.), que desarrollan los objetivos que fija el Plan Integrado de Energía y Clima, la hoja de ruta de la política energética de la próxima década en nuestro país.

Se trata de unas líneas de actuación necesarias, tanto en forma de normativa como de ayudas u otros mecanismos, que el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) se encarga de hacer llegar a las distintas comunidades autónomas. Su director general, Joan Groizard, repasa en idealista/news el impacto que tendrá toda esta normativa en los hogares españoles.

Cuando todas las CCAA pongan en marcha el Programa de Rehabilitación Energética de Edificios (PREE), ¿a qué ritmo prevén que será posible renovar el parque inmobiliario?

Es una de las líneas de actuación previstas en nuestro Plan Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para contribuir a la rehabilitación de al menos 1,2 millones de viviendas hasta 2030, con un planteamiento de edificio completo e, incluso, actuaciones a nivel de manzana, barrio o municipio completo. Adicionalmente, el PNIEC prevé que se sustituyan las instalaciones térmicas en al menos 300.000 edificios cada año, y se rehabiliten al menos 5 millones de m2 de edificios públicos y del sector terciario al año.

Es un reto enorme en comparación con el ritmo de rehabilitación que veníamos teniendo en nuestro país, pero es una enorme oportunidad para los sectores de la construcción y de las instalaciones, que pueden encontrar en la rehabilitación de los edificios existentes un nicho de negocio más estable y más resistente a los ciclos económicos que la nueva construcción. Además, pensando en los objetivos de energía y clima de 2030 y 2050, el principal esfuerzo debe estar en mejorar la eficiencia energética del parque existente.

En cuanto al ritmo de implantación del programa PREE en concreto, éste se está activando ahora mismo, con unas bases comunes que hemos definido a nivel estatal, y convocatorias (es decir, la “ventanilla” para solicitar las ayudas) en cada una de las comunidades autónomas. Para facilitar el seguimiento de la información, hemos habilitado en la web del IDAE un centro de información que recopila los accesos y los datos de todas las convocatorias autonómicas.

Desde el momento en que publiquen las convocatorias autonómicas se podrán solicitar las ayudas en cada territorio y empezar con los procesos de rehabilitación. En función de la envergadura, las obras de rehabilitación energética pueden llegar a durar hasta 12 meses, por lo que será durante 2021 y 2022 cuando veremos el impacto final de estas líneas de ayuda.

De todas las actuaciones previstas en PREE, ¿cuáles son las que tendrán un mayor retorno de la inversión realizada? 

El PREE está diseñado para favorecer actuaciones lo más integrales posible: cuanto más integral sea la inversión, mayor es la intensidad de ayuda que se recibe. Por ejemplo, la ayuda es superior si se mejora la eficiencia del edificio completo y no solo de un local o un piso, y la intensidad de ayuda se incrementa si se hacen varias actuaciones en paralelo (por ejemplo, combinar mejora de la envolvente térmica con sustitución de sistemas de climatización por renovables o instalación de placas solares).

Lo más rentable, por tanto, es abordar actuaciones globales que permitan tanto reducir consumo energético gracias a un mejor aislamiento como sustituir ese consumo por fuentes más económicas, como son las renovables.

Una de las barreras que tienen los ciudadanos es acceder a sus datos de consumo, ¿de qué manera el IDAE está trabajando para facilitar este acceso y que cada ciudadano pueda controlar de una manera más efectiva su factura energética? 

Hoy en día ya contamos con dos instrumentos para conocer mejor nuestros consumos energéticos: por una parte, el Certificado de Eficiencia Energética (CEE), que es obligatorio cuando compramos o alquilamos un inmueble, y nos dice cuánta energía consumiría el edificio para mantener unas determinadas condiciones de confort.

Por otra parte, a través de la página web de nuestra distribuidora de electricidad, podemos acceder a los datos de consumo. Sin embargo, el acceso no es siempre intuitivo ni de lo más sencillo, por lo que hemos activado un proceso para mejorar estos sistemas de acceso a los datos. Desde el Ministerio para la Transición Ecológica se ha abierto hace poco el proceso de consulta previa para contar con las aportaciones de los sectores, y esperamos en los próximos meses poder profundizar en las herramientas para facilitar este acceso.

Una vez derogado el denominado ‘impuesto al sol’, todos los datos confirman la evolución del autoconsumo. ¿En qué sectores está teniendo mejor cabida?

Efectivamente, desde la derogación del ‘impuesto al sol’ y la simplificación de la normativa de tramitación, hemos visto cómo el sector está creciendo a pasos agigantados año tras año. Incluso este 2020, a pesar de la difícil situación generada por la crisis sanitaria, hemos visto que el autoconsumo sigue creciendo, especialmente en el entorno residencial.

La ciudadanía es cada vez más consciente de las ventajas de producir una parte de su consumo energético, a nivel de reducción de costes además de contribuir a la lucha contra el cambio climático. Además, con la modalidad de autoconsumo compartido que hemos regulado recientemente, una misma instalación de placas solares puede generar energía para varios vecinos a la vez, o incluso varios edificios, siempre que se encuentren a menos de 500m de distancia.

¿No cree que se debería modificar la Ley de Propiedad Horizontal para flexibilizar aún más los acuerdos entre propietarios y dar un nuevo impulso al autoconsumo residencial?

A día de hoy la Ley ya prevé que, para la instalación de sistemas de aprovechamiento de energías renovables, la comunidad de propietarios lo puede acordar a petición de cualquier propietario con un tercio de los votos. Permite además que aquellos que decidan participar puedan abordar los costes y beneficiarse de la energía generada, sin obligar a aquellos vecinos que, por el motivo que fuera, no estuviesen en condiciones de participar.

En todo caso, es necesario que las comunidades de propietarios tengan acceso a información clara sobre el autoconsumo y sus ventajas, y que puedan contar con diversidad de ofertas y propuestas para escoger aquellas opciones que mejor se adapten a sus necesidades. Estamos viendo desde nuevas empresas especializadas en autoconsumo, grandes empresas energéticas que ahora están apostando por ello y pequeños instaladores locales que están especializándose en este ámbito, por lo que hay alternativas entre las que elegir. Es importante también que los administradores de fincas puedan proporcionar esta información a los vecinos, informándoles de las distintas alternativas para que las comunidades puedan sumarse de forma sencilla al autoconsumo.

¿Qué lugar ocupa España con respecto a los demás miembros de la UE con respecto a la introducción del autoconsumo en el entorno residencial y urbano? 

En cuanto a la comparación de España con los países vecinos, a día de hoy todavía no existe un registro oficial que permita comparar los datos, si bien el enorme potencial solar de nuestro país y el número creciente de empresas y profesionales que se dedican al autoconsumo, permite prever que en poco tiempo podamos ser líderes en este campo. Para ello, estamos desarrollando una Estrategia Nacional de Autoconsumo que, más allá de los cambios de normativa, nos permita identificar qué palancas es necesario activar para continuar con el despliegue de esta modalidad de generación energética.

¿Se prevén más cambios en el recién revisado Código Técnico de la Edificación?

Sí, el Código Técnico de la Edificación (CEE) está actualmente en proceso de revisión, con una propuesta ya lanzada a audiencia pública que plantea incorporar dos grandes cambios: por una parte, se incrementa la exigencia sobre la generación renovable. Todos los nuevos edificios, y los que tengan una rehabilitación integral, a partir de 1.000 m2, deberán incorporar sistemas de generación renovable eléctrica, como pueden ser placas solares de autoconsumo.

Por otra parte, se incorporan obligaciones mínimas para instalación de puntos de recarga de vehículo eléctrico: los nuevos edificios deberán contar con “preinstalaciones” para el cableado que permitan que sea más barato y sencillo instalar puntos de recarga en esos edificios; mientras que aquellos que no sean de uso residencial (por ejemplo, aparcamientos en edificios públicos o centros comerciales) deberán incorporar un mínimo de puntos de recarga en los próximos años.

¿Para cuándo el nuevo Reglamento de Instalaciones Térmicas de Edificios (RITE) y qué cambios esperados por el sector introducirá para que esté acorde con la nueva normativa energética?

El RITE está en proceso de revisión y su publicación se espera para finales de este año. Las principales modificaciones del nuevo Reglamento van en la línea cumplir con las Directivas de Eficiencia Energética en edificios, la Directiva de fomento de las energías renovables y los Reglamentos de Ecodiseño.

Siempre se ha dicho que lo que no se puede medir no se puede mejorar. En este sentido, ¿se está estudiando desde el IDAE la posibilidad de que los beneficiarios de las ayudas a la rehabilitación puedan saber, mediante informes, el retorno de su inversión de una manera obligada, y no esperar al Certificado de Eficiencia Energética para saberlo?

Tenemos un instrumento, el Certificado de Eficiencia Energética, que por desgracia no se ha aprovechado en nuestro país todo lo posible. Actualmente en muchos casos es percibido como un mero trámite a llevar a cabo antes de un alquiler o compraventa de un inmueble, y pocas veces se utiliza para entender mejor el edificio y tomar decisiones sobre él.

Por ello estamos trabajando en una mejora sustancial del sistema de certificación, para que sea más comprensible, más informativo y aporte más valor a los usuarios. Es decir, que en el certificado sea mucho más claro y comprensible qué consumo tiene el edificio, qué mejoras se le pueden hacer, y cuáles serían las mejoras más rentables para llevar a cabo. En pleno siglo XXI tenemos que avanzar también en la digitalización de documentos como el Certificado de Eficiencia Energética, para que pueda ser más interactivo y podamos usarlo, por ejemplo, para ver qué líneas de ayuda existen que nos ayuden a mejorar nuestro edificio.

¿Qué otras líneas de actuación llevará a cabo el IDAE para completar la transición energética en el sector residencial?

Además del programa de ayudas PREE y la mejora de la normativa en eficiencia energética, desde el IDAE seguimos trabajando en distintas líneas para mejorar la eficiencia energética, como la publicación de guías técnicas que faciliten a los profesionales y las empresas seleccionar las mejores opciones para los edificios y líneas de sensibilización y formación para que las soluciones existentes estén al alcance de todo el mundo.

Adicionalmente, una de las funciones del IDAE es invertir en proyectos energéticos innovadores para ayudarlos a despegar, y en este sentido, estamos analizando distintos proyectos ligados a comunidades energéticas y la mejora de la eficiencia de los edificios, proyectos piloto que, si funcionan con éxito, intentaríamos escalar de forma más amplia.

¿Es mejor comprar un piso antiguo rehabilitado con criterios de eficiencia energética, aunque no lo esté completamente el edificio, o adquirir una vivienda nueva?

La normativa exige condiciones cada vez más estrictas en eficiencia energética, por lo que una vivienda nueva que cumpla la normativa tendrá, con carácter general, un elevado nivel de eficiencia energética. Sin embargo, desde un punto de vista ambiental, es importante pensar también en la foto global: el mejor aprovechamiento de los edificios y los entornos edificados existentes permite reducir la presión sobre el entorno y evitar las emisiones asociadas a los nuevos materiales y la construcción de nuevos edificios.  

Además, si pensamos en eficiencia energética, es importante tener en cuenta la ubicación y la movilidad. Una vivienda que nos permita acceder a pie, en bicicleta o en transporte público al trabajo o a los servicios que necesitamos nos permite evitar las emisiones y consumo de combustible que suponen esos desplazamientos.

En cualquiera de los casos, lo importante es exigir la certificación energética del inmueble que vayamos a alquilar o comprar, y tener en cuenta esa calificación a la hora de tomar las decisiones. Un inmueble con una peor calificación energética será más caro de climatizar y mantener, y es una variable que deberíamos incorporar a la hora de decidir dónde vivir o dónde invertir.

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